La Casa Blanca anunció este jueves el fin con «efecto inmediato» de la política de «pies secos, pies mojados», que estaba en vigencia desde 1995.
Esta orden ejecutiva les permitía a los cubanos que tocaban suelo estadounidense («pies secos») permanecer de manera legal en el país y acceder a la residencia, salvo si eran interceptados en alta mar («pies mojados»). En este caso, los ciudadanos de la isla eran deportados a Cuba.
A partir de ahora los cubanos que lleguen a Estados Unidos sin visado no tendrán permitida la entrada al país, como ocurre con otras nacionalidades.
En un comunicado, la administración estadounidense señaló que, a cambio de ello, el gobierno de Cuba se comprometió aceptar de vuelta a los ciudadanos de su país con orden de expulsión en Estados Unidos, algo que no sucedía hasta ahora.
El anuncio de este jueves es fruto del proceso de acercamiento que iniciaron a fines de 2014 los gobiernos de Raúl Castro y Obama y que llevó al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.
«Vamos a tratar a los inmigrantes de Cuba igual que a los de otros países»
Barack Obama, Presidente de Estados Unidos
La noticia fue bien recibida por las autoridades de la isla, que aseguraron que se trata de un «paso importante para el avance de las relaciones» cubano-estadounidenses.
Durante años, La Habana ha denunciado que la política de «pies secos, pies mojados» ha provocado una fuga de cerebros y ha incentivado la inmigración ilegal, al animar a los cubanos a arriesgar sus vidas escapando en improvisadas balsas por el estrecho de Florida o a través de terceros países.
El acercamiento entre EE.UU. y Cuba ha sido fuertemente criticado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha dicho que va a revisarlo.