Desde ahí, según afirman los vendedores de frutas y verduras sus clientes casi “desaparecieron”. “Pensamos que la situación mejoraría, pero hasta la fecha sigue igual, tenemos pocos compradores y los que vienen son porque ya han sido nuestros clientes hace mucho tiempo”, explicó María Pilco, quien se dedica al comercio por más de 30 años.
En Carpas. La poca afluencia de personas al improvisado mercado, que funciona bajo carpas, no es el único inconveniente que están atravesando los trabajadores del lugar, quienes en su mayoría pertenecen a la Asociación de Comerciantes Ambulantes y Puestos Fijos.
Un problema también es el mal estado de las carpas que los cubre, explicaron.
Wilson Vargas, quien tiene un pequeño puesto de quesos, señaló que las ventas bajaron en un 50 por ciento. “Al inicio la carpa no era un problema porque estaba nueva, pero ahora que han pasado casi cuatro años y el calor que se encierra cuando hace sol es casi insoportable, además nuestros productos se ven afectados”, señaló el hombre.
María Cando, otra de las vendedoras de la zona, indicó que los productos que ofrece ella y sus compañeros son frescos y al alcance del bolsillo de cualquier persona, por lo que invita a los santodomingueños a visitar “la carpa blanca”, como la denominan.
“Aquí encuentra desde una sabrosa piña hasta una libra de fréjol bien pesadita”, detalló la mujer.
Germán Maya, director de Mercados y Comercio Autónomo del Municipio, explicó que los diálogos siempre han existido con los comerciantes, incluso se realizó un censo para ser tomados en cuenta en la reubicación, luego de que los trabajos de remodelación de otros dos mercados terminen.
