En el Centro de Bioenergía de Bristol la orina es el combustible del momento y un baño exterior garantiza las reservas del laboratorio.
Una vez recogida, la orina es introducida en un contenedor especial. Los científicos aseguran que mezclarla cuando está fresca aumenta su potencia.
El Doctor Jonathan Winfield ha conectado un orinal a una célula de combustible biológica para mostrar cómo la orina puede cargar la batería de un teléfono móvil.
“Aquí la orina no es un líquido residual, aquí es el combustible de una celda microbiana. Dentro hay bacterias que utilizarán la orina en su beneficio para producir electrones que recuperaremos como energía o como electricidad para cargar el móvil”, explica Winfield.
Los investigadores aseguran que 600 mililitros de orina pueden garantizar hasta seis horas de batería en un teléfono móvil.
El Doctor Tosin Obata llena ahora una botella para testar el voltaje de la orina y explica:
“Esto es una cascada de seis celdas de combustible microbianas. La orina va pasando por todas ellas. Los datos sobre la energía que se produce desde las celdas son transmitidos a un ordenador. De esta manera podemos saber cuánta energía genera cada celda y el voltaje total de las seis”.
En 2015 y 2016, el centro de Bioenergía de Bristol instaló sanitarios portátiles en el festival de música de Glastonbury.
Cada año 175 000 personas asisten a este evento que dura cinco días. Los científicos invitaron al público a donar su orina para encender las luces de los baños.
“Gracias a las celdas de combustible biológicas es posible encender las luces de un baño con la energía que produce la orina. Estos sanitarios podría ser instalados en los campos de refugiados, en los barrios pobres, en asentamientos provisionales, en lugares en los que no hay infraestructuras, en los que no hay red eléctrica”, afirma Ioannis Ieropoulos, director del centro.
Los científicos del Centro de Bioenergía de Bristol aseguran que otra de las grandes ventajas de este sistema es el bajo coste de fabricación de cada una de las celdas de combustible microbianas.
Fuente: Euronews
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