Los sistemas de seguridad en los ordenadores se sofistican a medida que evoluciona el calibre de los ataques. Virus, malware, hackers…
Toda una pandemia de males que amenazan la seguridad de nuestros ordenadores y por extensión, la nuestra propia. Contar con todas las barreras posibles empleando antivirus y demás sistemas de seguridad puede detener un ataque proveniente de la red, pero… ¿Qué sucede cuando la amenaza llega en forma de pendrive?
Hace unos meses llegaba el pendrive asesino que, al ser conectado a los PC, los inutilizaba por completo y para siempre. Aquel dispositivo se podía adquirir comercialmente y de hecho, se encontraba agotado. Ahora el consultor y experto en seguridad Robert Fisk, ha ideado en Nueva Zelanda un dispositivo que mantiene a raya una amenaza real que el grueso de los usuarios desconoce: los ataques a través del puerto USB. ¿Sabemos qué sucede exactamente cuando conectamos un pendrive al ordenador? ¿Quién ha desarrollado el firmware del USB que conectamos? ¿Tenemos certeza absoluta de todo esto?
Fisk plantea estas y otras preguntas en la introducción de USG, un firewall que detiene las posibles amenazas provenientes de los dispositivos que conectemos a dicho puerto. El USG no es sino un pendrive adicional que hace de filtro a los que vayamos a conectar al puerto, impidiendo el acceso al ordenador de versiones modificadas del softwareo malware que pueda acceder a través de pendrives. Su creador insiste en la importancia de no relajarse instalando un antivirus en el ordenador: “Es casi imposible para el usuario doméstico mantener la seguridad en sus ordenadores aplicando medias y software convencionales”, explica.
Y el peligro es real. Un USB manipulado puede emular a un teclado e introducir comandos al ordenador con el objeto de extraer documentos o introducir malware, o bien introducir un virus que afecte al sistema antes incluso de que se inicie el arranque del mismo. Las dimensiones de un ataque de estas características pueden ser desmedidas, como el gusano que fue introducido de esta manera en las centrales nucleares de Irán en 2010. En este sentido, el USG ofrece las garantías suficientes de saber que ningún contenido malicioso será introducido en nuestro ordenador.
Fisk vende el pendrive cortafuegos por un importe de 60 dólares y garantiza la seguridad del dispositivo empleando código abierto para la gestión del mismo. USG opera indistintamente en Windows, macOS y Linux, y de hecho, en cualquier plataforma susceptible de ser atacada por los llamados BadUSB. ¿Cómo surgió la idea? “Cuando surgieron las primeras noticias de los BadUSB pensé que sería un proyecto desafiante, al tiempo que algo positivo para la sociedad”, confiesa el neozelandés.
Fuente: Tecnología el País