La canasta que establece la Organización de Países Exportadores Petroleros (OPEP) se cotizó el pasado martes en 52,60 dólares, y el brent, por su parte, se estimó en 54,77 dólares el barril, mientras que el petróleo estadounidense se ubicó en 52,32 dólares.
Los productores de esquisto en Estados Unidos mantienen un ambicioso plan de bombardeo de la cuenca de Permian, en Texas, con el objetivo de incrementar el precio del crudo y complicar las estrategias propuestas por los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y no OPEP que buscan reducir los suministros globales y estabilizar los precios en el mercado.
Los datos de perforación petrolera del Gobierno estadounidense arrojaron que la producción de esquisto, hidrocarburo en forma sólida, se prevé aumente a 5.19 millones de barriles por día (bpd) el próximo mes, y que la producción de Permian, la zona con más esquisto en la nación, obtenga una plusmarca de 2,36 millones de barriles diarios.
Por su parte, la OPEP se esfuerza por controlar el valor global del crudo por medio de la reducción de la producción anunciada a finales del año 2016.
El secretario general de la OPEP, Mohammed Barkundo, a mediados del pasado año indicó que las causas de la inestabilidad e incertidumbre en el mercado petrolero se debe al alto nivel de almacenamiento.
Asimismo, manifestó que desde 2014 los precios del crudo han caído debido a la abundancia en los niveles de stock (300 millones de barriles sobre la media en los últimos cinco años), razón por la cual, la organización trabaja para controlar el alto almacenamiento.
Los países OPEP han aclarado que se esfuerzan con el fin de reconducir los niveles de inventario y mantener un valor que permitan garantizar la inversión y la demanda del producto.
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