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El Congreso de Estados Unidos reveló el lunes un plan de presupuesto de poco más de un billón de dólares que financiará la mayoría de las operaciones del gobierno federal hasta septiembre, pero le negó al presidente Donald Trump los fondos para un muro fronterizo y rechazó sus recortes propuestos a los programas nacionales populares.
Aunque Trump no logró el financiamiento para el muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, ganó un anticipo de 15.000 millones de dólares en su solicitud de fortalecer las fuerzas militares. Sin embargo, en eso tampoco logró todo lo que pidió. El plan presupuestario también rechazó los recortes pedidos por el mandatario a diversos programas sociales en el país.
Durante la campaña electoral del año pasado, Trump dijo en casi cada acto proselitista que México pagaría por el muro fronterizo de 3.200 kilómetros (2.000 millas), algo que el gobierno mexicano ha rechazado en repetidas ocasiones.
El gobierno de Trump había solicitado que el plan de gastos incluyera unos 1.400 millones dólares de los contribuyentes estadounidenses para erigir el muro y otros costos relacionados, pero el presidente cedió más tarde y dijo que el asunto podría esperar hasta septiembre.
En cambio, Trump obtuvo 1.500 millones de dólares para medidas de seguridad fronteriza, como camas adicionales en los centros de detención, así como mejoras en la infraestructura y tecnologías fronterizas, como en cuestión de vigilancia.
El proyecto de ley de 1.665 páginas acordado el domingo es producto de semanas de negociaciones y fue revelado en la madrugada del lunes. Provisionalmente, se programó que será sometido a una votación en la Cámara de Representantes el miércoles.
El proyecto de ley de gastos sería la primera pieza importante de legislación bipartidista que se presente durante los primeros meses de mandato de Trump en la Casa Blanca.
Los líderes del Partido Republicano objetaron que se intentara aprovechar la vital iniciativa presupuestaria para “eliminar” recursos a Planned Parenthood, una organización de clínicas comunitarias que proporcionan información y asistencia para el control de la natalidad y el aborto.
La Casa Blanca también se retractó de eliminar subvenciones a las “ciudades santuario” como se conoce a aquellos municipios que no comparten con las autoridades federales información sobre la condición migratoria de algunas personas.
La medida prevé financiamiento para el resto del año fiscal 2017, rechaza recortes a populares programas domésticos señalados por Trump, incluidas subvenciones a la investigación médica y para infraestructura.
Si la votación se efectúa sin complicaciones esta semana se eliminará cualquier amenaza de una paralización del gobierno, al menos hasta el 1 de octubre, cuando comienza el año fiscal 2018.
Trump ha presentado un presupuesto parcial para 2018 en el que prometía un incremento de 10% de los recursos al Pentágono, que se financiaría con recortes a la asistencia exterior y otros programas ajenos a la defensa que los negociadores protegieron en la medida.
La medida tiene garantizado el apoyo bipartidista en las votaciones que habrá durante la semana. La Cámara de Representantes y el Senado tienen hasta la medianoche del viernes para que aprueben la iniciativa a fin de evitar la paralización del gobierno.
Se desconoce aún cuánto apoyarán la iniciativa los conservadores del Partido Republicano y qué tan bien la acogerá la Casa Blanca.
La medida también prevé una restitución de 68 millones de dólares a la Ciudad de Nueva York y otros gobiernos locales por los gastos derivados de la protección a la Torre Tump y otras propiedades, una prioridad de legisladores como la representante demócrata Nita Lowe, de Nueva York.