El presidente electo francés, Emmanuel Macron, tendrá que unir a un país profundamente dividido y con grandes desafíos por delante como la lucha contra el desempleo y el terrorismo o la refundación de una Unión Europea alicaída.


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París | Agencia Andes | 115:00:16 07/05/2017

El presidente electo francés, Emmanuel Macron, tendrá que unir a un país profundamente dividido y con grandes desafíos por delante como la lucha contra el desempleo y el terrorismo o la refundación de una Unión Europea alicaída.

Pero lo principal «será obtener una mayoría (en las legislativas del 11 y 18 de junio) que le deje las manos libres para reformar», afirma Stéphane Rozès, presidente de la consultoría CAP (Consejos, Análisis y Perspectivas).

Reducir las fracturas

Este centrista proeuropeo de 39 años hereda un país fracturado. La mitad de él votó por los extremos -contra Europa, la globalización y las «élites»- en la primera vuelta de las presidenciales, el 23 de abril.

El análisis de los votos muestra también una Francia dividida en dos, entre las zonas urbanas (más privilegiadas, reformistas) y las desheredadas («periféricas» en palabras de los sociólogos), masivamente favorables a la extrema derecha.

Elegido con entre el 65,5 y 66,1% de los votos, según las primeras estimaciones, Emmanuel Macron sabe que muchos le han votado para cortar el paso a la extrema derecha. Esos votos «por eliminación» en vez de por «convicción» no están ganados de antemano para las legislativas de junio.

Stéphane Rozès piensa que la brecha entre Macron y Le Pen, una «brecha de identidad, nacional, existencial y no una brecha habitual entre izquierda y derecha» podría «perdurar en las legislativas».

¿Mayoría inalcanzable?

Emmanuel Macron promete ir más allá de los partidos tradicionales, de derechas e izquierdas, para crear una nueva mayoría de centro en las legislativas de junio.

Él, que afirma encarnar la renovación política, tendrá que convertir su resultado presidencial en escaños en el parlamento con su partido ¡En Marcha!, creado en abril de 2016. Y parece convencido de que los franceses volverán a confiar en él gracias a la dinámica de la victoria presidencial.

Pero la derecha tiene la intención de levantar cabeza tras el estrepitoso fracaso de su candidato François Fillon en la primera vuelta (20% de los votos debido principalmente a sus enredos judiciales por presuntos empleos ficticios) e imponerle una cohabitación.

El PS ha quedado hecho trizas pero la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon ha salido reforzada de la primera vuelta (19,6%).

Desempleo

Como sus predecesores, el nuevo presidente será juzgado en función de cuánto logre rebajar el desempleo (del 10% en comparación con el 3,9% en Alemania y el 8% de promedio en la UE).

«Somos el último gran país de la UE que no ha conseguido resolver el desempleo masivo», subraya.

Macron quiere reformar a marchas forzadas el mercado laboral, desde este mismo verano, a golpe de decreto. Este modo de proceder permite adoptar un texto sin debate parlamentario pero podría suscitar protestas sociales.

El futuro presidente apuesta por rebajarlo hasta el 7% al final de su mandato de cinco años con medidas liberales, reduciendo las cargas de las empresas y favoreciendo los acuerdos internos en las compañías para flexibilizar la jornada semanal de 35 horas.

Terrorismo

El atentado de los Campos Elíseos -en el que murió un policía- el 20 de abril en París ha hecho resurgir durante la campaña la amenaza yihadista, que está en mente de todos.

Los ataques cometidos en nombre del grupo Estado Islámico (EI) causaron 239 muertos en Francia desde enero de 2015.

«Dáesh no oculta su voluntad de hacer estallar en pedazos la cohesión nacional exacerbando las tensiones entre los musulmanes y el resto de la población», destaca Marc Hecker, experto en temas de seguridad en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

El grupo EI pierde terreno en Siria e Irak pero «la amenaza terrorista seguirá siendo alta durante los próximos años», pronostica refiriéndose a la posible vuelta de los franceses que se fueron a hacer la yihad a esos dos países (700 adultos y 450 niños siguen allí).

Macron también tendrá que asumir el papel de jefe de las Fuerzas Armadas.

Los militares franceses seguirán desplegados en el Sahel y en Oriente Medio como hasta ahora, según el general Jean-Paul Palomeros, quien lo asesora.

Macron también quiere reforzar las fronteras exteriores de la UE y aboga por un aumento masivo de los efectivos de la agencia Frontex de 1.000 a 5.000 hombres, así como por «desarrollar la Europa de la defensa».

Refundar Europa

Emmanuel Macron promete reforzar el motor francoalemán, como condición necesaria, según él, para dar un impulso a la UE, debilitada por el Brexit y la crisis de los refugiados.

Cuenta viajar «a las capitales europeas» para proponer una «hoja de ruta a cinco años para dotar la zona euro de un verdadero presupuesto y para una verdadera Europa a 27 en el ámbito del medioambiente, la industria y la gestión de la migración».

«Reformar la UE parece muy bonito en la teoría y las ideas de Macron son audaces: quiere un presupuesto y un ministro para la zona euro. ¿Pero es realista teniendo en cuenta que exigiría cambiar los tratados?», advierte Vincenzo Scarpetta, analista del centro de reflexión Open Europe.

cc/d








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