A raíz de la expansión de aparatos tecnológicos, las empresas tienen la oportunidad de registrar las actividades del usuario en internet. Los smartphones pueden convertirse en un dispositivo de escucha, las aplicaciones de los móviles extraen nuestro comportamiento a través del almacenamiento de datos y hasta los routers son capaces de seguir los movimientos de […]


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A raíz de la expansión de aparatos tecnológicos, las empresas tienen la oportunidad de registrar las actividades del usuario en internet.

Los smartphones pueden convertirse en un dispositivo de escucha, las aplicaciones de los móviles extraen nuestro comportamiento a través del almacenamiento de datos y hasta los routers son capaces de seguir los movimientos de los inquilinos.

Señales wifi
El router emite ondas de radio que, de forma similar a los radares, pueden detectar el movimiento de las personas, llegando incluso a leer los labios, según han demostrado varias investigaciones.

Las orejas del móvil
Un smartphone tiene en su interior un pequeño ordenador -con micrófono y cámara- que posibilita la manipulación. Un teléfono puede transformarse en un aparato de escucha y de grabación.

El coche conectado
Muchos de los automóviles modernos están conectados a internet, lo que facilita la recogida de datos como el recorrido o la música. Una información que se multiplica con los coches autónomos.

Televisor SmartTV
La salida al mercado de estos aparatos generó polémica cuando varias personas alertaron sobre la función de reconocimiento de voz, y el envío de las grabaciones a los servidores.

Cámara del ordenador
Una de las puertas de entrada de un ordenador que puede dañar la intimidad del usuario es la webcam, que puede estar encendida aunque no lo sepamos. Se aconseja taparla con una pegatina.

Aplicaciones
Cuando nos instalamos una app en el móvil, es esencial conocer qué permisos le estamos otorgando. Pueden ir desde la localización, hasta el acceso a nuestras fotografías y vídeos personales.

Cómo proteger la privacidad

Hay que «ser responsable y coherente; los usuarios deben leerse las políticas de privacidad», afirma Cecilia Álvarez, de la Asociación Profesional Española de Privacidad.

Recomienda utilizar los ajustes de privacidad de los navegadores, redes sociales y aplicaciones, «preguntándose cómo se financian tales productos».

Hay medidas que dependen directamente del usuario, como reflexionar antes de colgar una foto en una red social, cambiar las contraseñas, o no conectarse a cualquier red wifi.

 

 

20minutos








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