El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes un plan encaminado a privatizar el sistema de control de tráfico aéreo en el país, al que calificó de desactualizado y poco funcional en la actualidad.
La medida eliminaría en gran parte el trabajo de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) y está dirigida, según el mandatario, a llevar los viajes aéreos en el país ‘a una nueva era’.
Según el plan, el control del tráfico aéreo sería operado por una corporación no gubernamental, sin fines de lucro y autofinanciada, mientras se eliminarían todos los impuestos actualmente pagados para apoyar al sistema y se permitiría a la nueva entidad imponer tarifas de usuario.
A decir del jefe de Estado, el sistema existente fue diseñado cuando volaban muchas menos personas que los mil millones de pasajeros anuales que recibe el país ahora.
Por muchos años toleramos insoportables atrasos y viajes lentos, sostuvo Trump, quien criticó al gobierno anterior por invertir siete mil millones de dólares en tratar de modernizar esa área sin resultados.
«La FAA ha tratado de actualizarse, pero tras millones de dólares de los contribuyentes gastados y muchos años de espera seguimos con un sistema atrasado que no funciona», remarcó.
Medios locales precisaron que la propuesta transferiría las operaciones de control de tráfico aéreo a la agencia externa independiente durante tres años ‘sin costo alguno’, aunque la FAA mantendría la vigilancia de la seguridad operacional.
De acuerdo con Trump, la propuesta es una forma de acelerar los esfuerzos de modernización de una administración aérea que todavía utiliza tiras de papel para rastrear los vuelos en lugar de un sistema GPS de precisión.
Presentado en la Sala Este de la Casa Blanca ante varios ejecutivos de líneas aéreas, representantes de sindicatos, el vicepresidente Mike Pence, y la secretaria de Transporte, Elaine Chao, el plan pretende mejorar la eficiencia de las rutas, reducir los retrasos y abaratar costos.
La privatización de este mecanismo forma parte de los deseos conservadores desde hace décadas y nunca ganó terreno, pero ahora parece tener un panorama más favorable en el Congreso dominado por los republicanos en las dos cámaras.
Sin embargo, podría enfrentar fuerte oposición de los demócratas del Capitolio, para quienes la iniciativa es solo el primer paso en el impulso de Trump para privatizar las carreteras, puentes y otras infraestructuras del país.
El Comité de Transporte del Senado discutirá la propuesta el miércoles, cuando contará con el testimonio de la secretaria de Transporte, y Chao hablará del tema nuevamente el jueves, en ese caso ante la Cámara de Representantes.
Fuente: El Telégrafo