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Más de 1.000 bomberos seguían tratando de controlar un gigantesco incendio forestal en el centro de Portugal, que costó la vida a por lo menos 63 personas.


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Más de 1.000 bomberos seguían tratando de controlar un gigantesco incendio forestal en el centro de Portugal, que costó la vida a por lo menos 63 personas.

Tras un fin de semana en el que se alcanzaron los 40 ºC en varias regiones, las temperaturas bajaron ligeramente pero el fuego, declarado el sábado por la tarde en Pedrogao Grande (centro), seguía propagándose hacia las regiones vecinas de Castelo Branco y Coimbra.

El número de focos se reduce en forma constante desde el domingo, pero reporteros de la AFP comprobaron que la noche del lunes las llamas todavía arrasaban las colinas boscosas de Pedrogao Grande, donde comenzó el incendio el sábado.

Los medios movilizados seguían siendo prácticamente los mismos, con más de 1.000 bomberos y 700 vehículos. además de once aviones. «El riesgo de incendio es máximo» en el centro, avisó Protección Civil.

«Portugal llora por Pedrogao Grande» o «En memoria de las víctimas», titulaba la prensa. «¿Cómo ha podido ocurrir esto?», se preguntaba el Jornal de Noticias. «¿Por qué?», interpelaba Publico.

«Nuestro dolor es inmenso, como nuestra solidaridad con las familias de la tragedia», declaró el domingo por la noche el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, todavía conmocionado por el siniestro más mortífero de la historia reciente de Portugal.

«Tenemos una sensación de injusticia, pues la tragedia ha afectado a esos portugueses de los que se habla poco, de una zona rural aislada», añadió.

La muerte de un bombero que estaba hospitalizado elevó a 63 el balance de muertos, además de unos 60 heridos, incluyendo cinco en estado de gravedad, un niño y cuatro bomberos. Pero las autoridades no descartan encontrar otras víctimas en los pueblos devorados por las llamas.

En las colinas situadas entre las localidades de Podrogao Grande, Figueiro dos Vinhos y Castanheira de Pera, que 24 horas antes del fuego estaban tapizadas de eucaliptos y pinos, la devastación era total en las áreas quemadas.

 

Fuente: El Telégrafo








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