Hasta el bocado más pequeño de comida que ingiere el presidente Lenín Moreno es analizado por el Servicio de Protección Presidencial (SPP), un grupo de 530 agentes de élite, entre militares, policías y motorizados de la Comisión de Tránsito de Ecuador.
Su misión: proteger la vida del Mandatario las 24 horas.
El SPP tiene entre sus funciones acompañar al Jefe de Estado en todas sus actividades, reducir las amenazas y defenderlo de posibles ataques. Esto incluye revisar cada lugar que visite, así sea dentro del Palacio de Carondelet.
El salón de reuniones o el balcón donde se realiza el cambio de guardia los lunes es sometido a protocolos de seguridad para evitar una posible instalación de explosivos o de equipos de espionaje.
El jueves 15 de junio, EL COMERCIO ingresó allí y conoció cada detalle de este Servicio de Protección. “Nada es improvisado. Sabemos con una semana de anticipación la agenda del Presidente y en función de las actividades ejecutamos operaciones de Inteligencia, visitamos los sitios antes de los eventos, elaboramos matrices de riesgos y rutas de evacuación…”, indica el oficial Javier Suárez, subjefe del SPP.
El Servicio se divide en tres grupos: el administrativo, que se encarga de la organización de las operaciones; el personal de escolta, conocidos también como los Granaderos de Tarqui, a cargo de la custodia de Carondelet y las residencias.
Además está el grupo operativo, que se moviliza con el Mandatario.
Mientras unos van en las caravanas, otros vigilan en tiempo real la movilización desde las cámaras del ECU 911 y pueden retransmitir las imágenes en la oficina de operaciones del Servicio de Protección, ubicada en la planta baja del Palacio de Carondelet.
La sala de operaciones es un espacio compuesto por una mesa de reuniones, seis pantallas plasmas y equipos de comunicación que funcionan de forma encriptada.
El jueves, una de esas pantallas proyectaba imágenes de la puerta de ingreso a la casa del exmandatario Rafael Correa.
Él es el primer exjefe de Estado en recibir protección del SPP una vez terminados sus períodos. El pasado 3 de mayo, cuando todavía estaba en funciones, firmó el Decreto 1369 y pidió que parte de las labores del SPP sea “proporcionar, de ser necesario, protección y seguridad a los expresidentes y exvicepresidentes de la República, a sus cónyuges e hijos”.
Los exmandatarios reciben cobertura durante un año, mientras que los exvicepresidentes, seis meses. Pero el texto aclara que no se trata de plazos fijos, sino que se pueden extender o reducir dependiendo de un informe de riesgos, que es elaborado por la Secretaría Nacional de Inteligencia.
El oficial Suárez revela que el nivel de riesgo de Moreno es menor al que tenía Correa.
Según el SPP, esto se debe a que la agenda del actual Mandatario no es tan apretada como la que tenía el exJefe de Estado, sobre todo porque todavía está en una transición.
La matriz de riesgo sirve también para determinar el número de agentes que conforman el círculo de seguridad inmediata, es decir, el grupo más cercano al funcionario.
Moreno cuenta con 30 agentes. Correa tenía 40 y ahora maneja entre 20 y 30 militares.
Héctor Pérez, director de operaciones del SPP, aclara que los protocolos que se emplean para ambos son iguales.
Para los controles, los escoltas usan dispositivos electrónicos que son capaces de detectar rastros de veneno y sustancias químicas en muestras de comida, bebidas y también determinan el estado de conservación de los alimentos.
“Todas las detecciones que tuvimos con el expresidente Correa fueron por alimentos en mal estado”, comenta uno de los militares que integra el departamento de bioseguridad. Un episodio ocurrió en un viaje a Jaramijó, en Manabí, en donde el entonces Presidente recibió un cebiche con gusanos diminutos.
Actualmente, la comida del expresidente Correa también debe ser analizada con estos equipos, en caso de riesgos.
Entre los aparatos tecnológicos que usa este Servicio hay uno diseñado para analizar el espectro radioeléctrico. Este sirve para detectar equipos de vigilancia electrónica y bloquear cualquier señal espía mediante la descarga de voltaje superior a los 220 voltios.
Por ahora, Moreno ha manifestado su plena confianza en el trabajo del SPP. El lunes pasado (12 de junio de 2017) afirmó que continuará usando esta protección.
Un día después, la Asamblea dejó listo el Código de Entidades de Seguridad Ciudadana en el que se crean un grupo civil que se encargará de la protección de autoridades.
Para integrar el Servicio de Protección, los uniformados deben contar con una hoja de vida destacada, es decir, haber tenido altas notas en sus cursos de formación, y aprobar dos filtros de selección.
Además, deben conocer sobre defensa personal, ser expertos en tiro, manejo de armas, conducción defensiva y ofensiva y superar las pruebas psicológicas y de confianza.
Quienes se encargan de la seguridad inmediata también deben estar en excelente estado físico y tener entre 23 y 40 años.
Una vez adentro, firman una declaración juramentada de confidencialidad. Lo que vean y escuchen en sus labores no puede ser divulgado.
Fuente: El Comercio