El ciberactivista australiano Julian Assange, asilado desde hace cinco años en la embajada de Quito en Londres, pidió este jueves a los ecuatorianos unidad para hacer todo lo posible por solucionar su caso.


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El ciberactivista australiano Julian Assange, asilado desde hace cinco años en la embajada de Quito en Londres, pidió este jueves a los ecuatorianos unidad para hacer todo lo posible por solucionar su caso.

«Estamos muy cerca de solucionar este embrollo legal (…) El momento nunca ha sido tan bueno como ahora para ganar mi caso», aseguró el fundador del portal web WikiLeaks, en videoconferencia realizada desde el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal).

En declaraciones desde la sede diplomática en el Reino Unido, consideró que en unos seis meses podrían acabarse los problemas con la unión y ayuda de esta nación sudamericana en torno a su problemática.

A su juicio, el triunfo también podría ser «histórico» para Ecuador, por velar por los refugiados, y para la región latinoamericana.

«Será una victoria enorme, que no debía demorar tantos años, pero será histórica para todo el que ha tenido que ver con esto», enfatizó.

En ese sentido, añadió que Ecuador ha ocupado un lugar importante en el mundo y acotó: «nunca he tenido tanto apoyo político como ahora».

Animado ante la posibilidad de poner prontamente fin a su permanencia en la embajada, adelantó que si gana el caso y logra salir, lo primero será ver el sol, a los británicos, los carros, los pájaros y saber cómo piensa la gente después de cinco años, además de hablar con quienes lo ayudaron.

«Quiero ver a mis hijos, a mi familia. Eso es muy importante para mí. Espero algún día llevarlos a Ecuador, verlos a ustedes en persona, decirles: gracias amigos», puntualizó a la audiencia que lo escuchaba y veía desde Ciespal.

Por otra parte, aseguró que si pierde, irá a una cárcel británica por 10 años más, y desde allí deberá responder a cargos «ridículos», mientras luchará por evitar su extradición a Estados Unidos, donde lo consideran amenaza a la seguridad nacional por los miles de documentos secretos sobre esa administración, revelados por WikiLeaks.

«La gente ecuatoriana me ha defendido ante una acusación colonial muy fea y la persecución del Reino Unido y Estados Unidos», insistió el fundador de WikiLeaks, sobre quien no pesa ninguna orden de detención, pero permanece impedido de abandonar las oficinas ecuatorianas, ante las amenazas de las autoridades británicas de aprehenderlo.

Además, aseguró que Ecuador al darle asilo venció al gobierno de Washington y demostró como sí es posible para pequeños países, tener un efecto global cuando se enfrentan sin tener miedo.

Sobre Assange pesaba un proceso en Suecia por supuestos delitos sexuales, con cargos nunca formulados, el cual fue archivado por el sistema judicial de ese país europeo.

Quito solicitó a Londres otorgar salvoconducto al ciberactivista, teniendo en cuenta la decisión sueca, pero hasta la fecha la petición no ha sido ejecutada. Con ese permiso, Assange podría viajar a Ecuador.

Mientras, su equipo defensa anunció que llevarán el caso ante la Organización de las Naciones Unidas y la Corte Interamericana de Derechos humanos.

 

Fuente: El Telégrafo








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