Enfrentamientos entre manifestantes antiglobalización y las fuerzas del orden dejaron 76 policías heridos este jueves en vísperas de la cumbre del G20 en Hamburgo y de la primera reunión cara a cara entre Donald Trump y Vladimir Putin.
Se trató de heridos leves, indicó una portavoz de la policía de esta ciudad del norte de Alemania, sin poder precisar la cantidad de heridos entre los manifestantes anti-G20.
La policía dispersó con gases y cañones de agua a miles de manifestantes antiglobalización que se volcaron a las calles de Hamburgo.
La policía decidió cargar contra la marcha de más de 10.000 personas, entre ellas muchas vestidas de negro y con pasamontañas, que lanzaron piedras, botellas y petardos contra los agentes.
Convocada con el lema «Welcome to Hell» («Bienvenidos al infierno»), la marcha fue detenida por la policía cuando intentaba acercarse al centro de convenciones donde se celebrará la cumbre.
Durante los enfrentamientos se lanzaron piedras, botellas y petardos contra la policía, en protestas convocadas por la autodenominada «alianza autónoma y anticapitalista».
La marcha la encabezaba una gran pancarta que pedía «pulverizar» el G20 («Smash G20»). El sábado está prevista otra gran manifestación convocada por grupos de extrema izquierda.
Las autoridades han desplegado en Hamburgo cerca de 20.000 policías venidos de toda Alemania como medida antiterrorista y para evitar la violencia de las cerca de 30 marchas convocadas.
Los incidentes continuaban pasada la medianoche en distintos puntos de la ciudad portuaria y miles de manifestantes seguían marchando bajo escolta policial.
«El Estado policíaco hace todo lo posible para privarnos del derecho a manifestar», dijo Georg Ismail, un militante de extrema izquierda presente en el lugar. «Las guerras, el cambio climático y la explotación son el resultado del sistema capitalista que representa el G20», agregó.
Ucrania y Siria en la agenda
El presidente estadounidense Donald Trump llegó el jueves a Hamburgo, donde el viernes y el sábado se reúnen los miembros del G20 (19 países más la Unión Europea), un foro internacional de las principales economías industrializadas y emergentes.
Trump venía de Polonia, donde reiteró su apoyo a la OTAN y advirtió que está en juego «nuestra civilización» occidental.
«Instamos a Rusia a poner fin a sus actividades desestabilizadoras en Ucrania y en otros lugares» dijo Trump en su discurso en Varsovia, una inusual crítica a Rusia, pocas horas antes de su primera reunión bilateral con Putin.
Moscú no ve con buenos ojos la expansión de la Alianza Atlántica hasta sus fronteras.
Las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin se complican además por las acusaciones de que Rusia interfirió en las presidenciales estadounidenses de 2016 y las posibles conexiones rusas del entorno de Trump.
«Creo que pudo ser perfectamente Rusia [quién influyó en en las elecciones]. Pienso que también pudo haber otros países» dijo Trump en Varsovia.
El encuentro con su par ruso será clave en la evolución de los conflictos de Ucrania y Siria.
«La segunda visita a Europa se puede resumir en una palabra: Putin», afirma Derek Chollet, analista del German Marshall Fund of the United States, que asegura que a ambos líderes no les gusta perder y «se sienten más cómodos con la intimidación».
Aislamiento
Trump inició su gira europea en Polonia, un país amigo cuyos dirigentes conservadores comparten muchas de sus ideas.
Una primera etapa fácil antes del G20, donde Trump podría quedar aislado frente a sus pares en cuestiones globales clave como el clima o el libre comercio.
«Naturalmente no vamos a esconder nuestras diferencias, al contrario, vamos a llamarlas por su nombre porque hay divergencias de opinión en algunas cuestiones esenciales», dijo este jueves la canciller alemana Angel Merkel, anfitriona del encuentro.
El clima es uno de los grandes desacuerdos de numerosos países con la nueva administración de Washington, sobre todo desde que Trump decidió abandonar el histórico acuerdo de París contra el cambio climático porque los considera nocivo para su economía.
Tampoco gustan, sobre todo en Europa, sus posiciones proteccionistas.
En la mesa de la cumbre estará también la cuestión norcoreana, agravada por el lanzamiento el martes por el régimen comunista de Pyongyang de un misil intercontinental capaz, según los expertos estadounidenses, de alcanzar Alaska.
«Llamo a todas las naciones a afrontar esta amenaza global y a demostrar públicamente a Corea del Norte que hay consecuencias a su muy, muy mal comportamiento», dijo Trump en Varsovia, asegurando que estudia medidas «bastante duras».
En Hamburgo los líderes mundiales tendrán que lidiar además con un ambiente eléctrico.
Fuente: El Telégrafo