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La salud es un tema que va estrechamente relacionado con la alimentación y el estilo de vida de una persona. La frase ‘Dime qué comes y te diré de qué padeces’, más allá de pretender ser una especie de diagnóstico busca concienciar a llevar una dieta sana y qué mejor opción que la mediterránea.


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La salud es un tema que va estrechamente relacionado con la alimentación y el estilo de vida de una persona. La frase ‘Dime qué comes y te diré de qué padeces’, más allá de pretender ser una especie de diagnóstico busca concienciar a llevar una dieta sana y qué mejor opción que la mediterránea.

Esta clase de dieta está compuesta por alimentos naturales, como frutas, verduras, legumbres, cereales; aceite de oliva como fuente de grasa; pescado, y en cantidades más moderadas, las carnes de aves, los huevos y los lácteos.

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Uno de los beneficios es que evita la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, ya que ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre. Además, debido a la variedad alimentaria de esta dieta y al bajo aporte calórico es difícil que la persona tenga sobrepeso.

Según un estudio realizado por NU-AGE, llevar una alimentación de estilo mediterráneo podría retrasar el envejecimiento, porque disminuye los niveles de la proteína C-reactiva. Este tipo de gastronomía se la realiza especialmente en países como España, Portugal, Italia, Francia, Grecia y Malta.

Otro efecto positivo, según dicho estudio, es que se redujo la tasa de la pérdida ósea en personas con osteoporosis. El coordinador de NU-AGE, Claudio Franceschi, manifestó que “es el primer proyecto que explora en profundidad los efectos de la dieta mediterránea en la población mayor”.

Esta propuesta se la ejecutó en 5 países europeos: Francia, Italia, Países Bajos, Polonia y Reino Unido, donde participaron 1.296 personas.

Se encontraron diferencias entre hombres y mujeres, así como de aquellos procedentes de otras naciones. Mejorar la calidad de vida Una investigación liderada por las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y de Navarra da un paso más allá y analiza la influencia de este tipo de comida sobre la calidad de vida en una muestra de más de 11.000 universitarios españoles durante 4 años.

Patricia Henríquez Sánchez, investigadora del centro canario y primera autora del trabajo, sostuvo que “el progresivo envejecimiento de los habitantes en los países enriquecidos provoca un mayor interés por conocer los factores que pueden aumentar la calidad de vida y el estado de salud de la población”.

Los resultados de esta investigación, publicados en el European Journal of Clinical Nutrition, mostraron que las personas con una mayor adherencia a la dieta mediterránea tienen una mejor puntuación en las escalas físicas y mentales del cuestionario de calidad de vida.

Para Henríquez, es un importante factor asociado a una mejor calidad de vida y se puede considerar como un modelo de alimentación saludable. Las comidas principales no pueden prescindir de 3 elementos básicos: cereales, verduras, frutas y productos lácteos.

Además, se debe garantizar el aporte diario de entre 1,5 y 2 litros de agua. El aceite de oliva aparece como la principal fuente de grasa por su calidad nutricional y se recomienda un consumo moderado de vino u otras bebidas fermentadas.

Mientras que el pescado, la carne magra y el huevo son fuentes de proteína de alta calidad de origen animal. En tanto que los mariscos se caracterizan por contener grasas saludables.

Prevención de enfermedades En el vértice de la pirámide alimentaria están el azúcar, los caramelos, los pasteles, la bollería y bebidas azucaradas que deben consumirse ocasionalmente y en pequeñas cantidades.

Parece que la dieta mediterránea complementada con frutos secos o aceite de oliva tiene efectos similares al revertir el síndrome metabólico (conjunto de factores de riesgo para la enfermedad cardíaca), comentó el Dr. Jordi Salas Salvado, profesor de Nutrición de la Universitat Rovira I Virgili y el Hospital Universitari de Sant Joan de Reus, en España.

Los nuevos hallazgos amplían las evidencias de que este tipo de alimentación “puede desempeñar un rol en el fomento general de la salud, no solo para la prevención de la enfermedad cardiovascular”, señaló Connie Diekman, directora de Nutrición Universitaria de la Universidad de Washington, en San Luis.

Sistema inmunológico Un factor clave en la función inmunológica de las células es encontrar el equilibrio entre el proceso de oxidación y la disponibilidad de los antioxidantes, que son los nutrientes necesarios para mantener en forma las membranas de las células, lípidos, proteínas y otras funciones relacionadas con el sistema inmune.

Entonces, esta refuerza también el sistema inmunológico y es por eso que es tan importante la ingesta de antioxidantes en todas las etapas de la vida.

Estos alimentos van más allá de un patrón. Según la nutricionista Asun Armas Prado, este término hace referencia a todo un “estilo de vida saludable, donde tan importante es comer bien como compartir la comida, incorporar ejercicio físico diario y practicar una cocina de temporada con alimentos del entorno”.

Unos valores que, según defienden los expertos, es importante inculcar en los niños desde pequeños. Los beneficios de la ingesta de los alimentos ya especificados están reconocidos por la comunidad científica, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) los recomienda.

Datos Por ser una dieta tradicional en España, el 16 de noviembre de 2010 fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El aceite de oliva, el pescado azul y los frutos secos, que forman parte de este tipo de alimentación, reducen el nivel de colesterol, previniendo el riesgo cardiovascular.

La fibra de los cereales, leguminosas, frutas y verduras tiene un efecto beneficioso favoreciendo el tránsito intestinal y equilibra el perfil calórico.

CiudadColorada








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