Las hepatitis virales se consideran una «epidemia silenciosa» dado que la mayoría de las personas desconocen estar infectadas y, a lo largo de décadas, desarrollan lentamente la enfermedad hepática, lo que causa fallas del hígado, cáncer y hasta el necesario trasplante.
En el País de Argentina por el Día Mundial contra las Hepatitis Virales, especialistas y referentes de la salud explicaron la importancia de realizarse un test para su diagnóstico temprano, y que la enfermedad no evolucione en una cirrosis o cáncer de hígado.
Las hepatitis virales se consideran una «epidemia silenciosa» dado que la mayoría de las personas desconocen estar infectadas y, a lo largo de décadas, desarrollan lentamente la enfermedad hepática, lo que causa fallas del hígado, cáncer y hasta el necesario trasplante.
Por este motivo, los médicos consultados por la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH) afirman que es fundamental tomar conciencia de la importancia de realizarse un test de diagnóstico y vacunarse a tiempo evitando así daños irreparables en el hígado.
Algunos médicos resaltan la detección a tiempo de la hepatitis C, la única hasta ahora curable, que la padecen más de 400 mil argentinos, pero que entre 6 y 7 de cada 10 lo ignora.
Hoy en dia es una enfermedad curable y nuestro país cuenta con los medicamentos que pueden curar a más del 95% de los casos, algo prácticamente sin precedentes en la historia de la medicina moderna.
La hepatitis C representa un problema de salud pública de tal dimensión que la Organización Mundial de la Salud asumió el tema como prioritario y estableció como objetivo lograr su erradicación para 2030.
Hoy se está tratando a los pacientes con grados avanzados y descompensados de cirrosis y daño hepático, pero es fundamental poder anticiparnos y curar el virus antes de que ocasione daño irreversible».
Muchos países ya están tratando y curando a pacientes que no presentan todavía un compromiso severo y de esa manera tendrán mucha mejor calidad de vida y mínimos riesgos de progresión luego de la cura
¿Qué sucede con las otras hepatitis?
Generalmente, las hepatitis A y E se contraen por la ingesta o exposición a agua, alimentos o utensilios contaminados con estos virus, mientras que las hepatitis B, C y D se adquieren, principalmente, por entrar en contacto con sangre contaminada y relaciones sexuales sin protección con alguien que porta el virus.
La hepatitis B también tiene vacuna para niños, pero hay adultos que no se han vacunado y pueden contraer el virus, además de todos aquellos que ya lo portaban antes de la disponibilidad de la vacuna y evolucionaron a cronicidad.
Por eso, en el caso de la hepatitis B es importante también hacerse el test para diagnosticarla a tiempo y poder tratarla adecuadamente».
Hepatitis, su significado
La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser debida a diversas causas, aunque generalmente es un virus el responsable de la afección.
En el hígado se llevan a cabo numerosas funciones de suma importancia para el correcto funcionamiento del organismo.
Allí, los nutrientes y las drogas (toxinas, medicamentos, etc.) son transformados en compuestos más fáciles de asimilar o excretar por el organismo.
En este órgano también tiene lugar la síntesis de la bilis, una sustancia que se almacena en la vesícula biliar y que se libera al duodeno tras la ingesta de alimentos, para facilitar la digestión de las grasas.
Entre las consecuencias del mal funcionamiento del hígado se destacan:
- Disminución de la producción de bilis con alteración de la absorción de las grasas.
- Déficit en la producción de proteínas, lo que puede tener como consecuencia la retención de líquidos.
- Hipoglucemia, debido a alteraciones en el almacenamiento del glucógeno, que es otra de las funciones que realiza el hígado.
El glucógeno se transforma en glucosa cuando el organismo lo necesita, pero si las reservas no son suficientes se puede producir una disminución del nivel de azúcar en la sangre del paciente, lo que se conoce como hipoglucemia.
Deficiencias en el metabolismo de sustancias como los medicamentos, el alcohol y las toxinas. Se dificulta la eliminación de estas sustancias con el potencial efecto nocivo sobre diferentes órganos.
Disminución de la capacidad de defensa del organismo frente a bacterias y virus, debido al mal funcionamiento de ciertas células hepáticas.
Causas de su aparición
La hepatitis es una enfermedad de la que se conocen numerosas causas:
- Infecciones por virus, bacterias o parásitos.
- Trastornos de tipo autoinmune.
- Lesiones debidas a la interrupción de la irrigación sanguínea normal del hígado.
- Traumatismos.
- Presencia en el organismo de determinadas drogas, toxinas, medicamentos, etc.
- Presencia de trastornos de tipo hereditario como fibrosis quística o enfermedad de Wilson.
Tratamientos y cura
En estos casos hablamos de hepatitis B resuelta, hecho que además podemos confirmar serológicamente, a través de la aparición de anticuerpos que indican la resolución de la hepatitis B.
En estos pacientes con hepatitis resuelta el ADN del virus permanece acantonado en las células hepáticas.
En estos casos una eventual pérdida de inmunidad, ya sea motivada por enfermedades que alteran la normal inmunocompetencia (por ejemplo linfomas, tumores), o por medicamentos (inmunosupresores) puede reactivar la hepatitis B produciendo una enfermedad que puede ser clínicamente relevante e incluso severa.
Desde hace décadas se recomienda efectuar tratamiento preventivo de la reactivación de hepatitis B en pacientes que enfrentan tratamientos que afectan la competencia de su sistema inmune (corticodes, inmunosupresores o productos biológicos)», indicó el especialista.
Y sobre la Hepatitis C, precisó que desde 1989 es posible detectarla mediante un test sencillo de laboratorio.
Este hecho cambió la historia de la Hepatología mundial. En primer lugar permitió unificar a un grupo de hepatitis que llamábamos «no A-no B.
En los años siguientes se comprobó que la hepatitis C constituye no solo la causa más frecuente de hepatitis crónica, sino también la causa más frecuente de cirrosis.
La causa más frecuente de cáncer de hígado, la causa más frecuente de trasplante hepático y también la causa más frecuente de re-trasplante hepático.
Puesto que el hígado «nuevo» rápidamente se infecta por el virus C presente en el receptor del trasplante y desarrolla una hepatopatía severa y evolutiva», precisó.
La cirrosis tan temida
Muchos pacientes con hepatitis no detectada, generan cirrosis en el hígado. «La cirrosis puede ser consecuencia de una hepatitis viral, pero también de una hepatitis tóxica, donde se da con más frecuencia por la mala alimentación. Cualquiera podría pensar que es por alcohol pero no, es por alimentación, es decir el hígado graso.
En mayor o menor medida estamos todos con problemas de Hígado graso por lo mal que estamos comiendo. Debido a esta alimentación, el hígado tiene además, carencias muy importantes.
El control metabólico de una persona con hepatitis va a ser todo lo que pide la medicina convencional, respecto del hepatograma, los triglicéridos, el proteinograma.
Es decir como se están comportando dentro de nuestra circulación las proteínas, los lípidos, el colesterol, y por supuesto las enzimas que están en relación directa, cuando mas grave es la hepatitis, mas altas van a ser las enzimas que se liberan de cada una de las células del hígado, porque se va rompiendo, se va muriendo, y su interior sale a circulación».