El presidente Lenín Moreno manifestó que cada año se requerirán $ 8.000 millones para saldar el déficit fiscal y pagar las amortizaciones de la deuda interna y externa. Asimismo, deben garantizarse $ 2.000 adicionales para cumplir con los objetivos nacionales hasta 2021.
A esto hay que agregar alrededor de $ 15.895 millones por rubros correspondientes a operaciones de corto plazo, pasivos de empresas petroleras, ventas anticipadas de hidrocarburos. En el informe del viernes, Moreno también se refirió a los contingentes que hoy no son deuda pero que podrían transformarse en obligaciones futuras, la deuda con el IESS (solicitada por la Contraloría) y los incentivos por jubilación a los exservidores públicos.
Para enfrentar este requerimiento, analistas consultados consideran la reestructuración de las obligaciones actuales como una opción y no descartan la adquisición de más deuda, incluyendo con los organismos multilaterales.
Juan Carlos Jácome, miembro de la firma ecuatoriana EMS Consultores, explica que la adquisición de nueva deuda permitiría “diferir las ‘cuotas de pago’ del momento y venideras en un horizonte mucho más amplio. Esto ayudaría a reducir ese rubro de gastos o egresos en el Presupuesto General del Estado (PGE) y consecuentemente algo del déficit”. También sugiere reformular los pasivos con los acreedores.
Félix Casares, presidente de Betamétrica, dijo que una parte de las necesidades del fisco se recuperará con la anunciada disminución de la inversión pública. “Gran parte de la infraestructura e inversión en construcción, carreteras, etc., está hecha, lo que permitirá acortar la brecha fiscal en conjunto con la optimización del gasto público”.
El economista y catedrático Guido Macas agregó que se debería considerar “la eliminación del subsidio a la gasolina y la venta de los activos improductivos”, así como la revisión de algunos impuestos.
Planes para mantener y fortalecer la dolarización
Para este efecto se plantearon dos líneas de trabajo. Una de ellas fue anunciada el viernes por el Ministro de Economía y Finanzas, Carlos de Torre, y se trata de un proyecto de ley de repatriación de capitales “en la que se eximiría de cualquier pago, costo o impuesto que tengan que pagar los tenedores de recursos en el exterior de los ecuatorianos para que traigan esos recursos a nuestra economía”, explicó.
Según Casares, esta medida busca la repatriación del dinero invertido fuera de la economía del Ecuador para que retorne y sea invertido internamente y así se genere dinamismo.
Puesto que dicho dinero ingresará a la economía para producir y existirá una mayor recaudación a mediano plazo, el experto considera que es importante un marco impositivo claro, que permita al inversor evaluar costo de oportunidad de la repatriación. Por otro lado, “es necesario establecer un periodo mínimo de permanencia de estos capitales para que no se convierta en un instrumento de especulación”, dijo.
Jácome propone en cambio, “crear un estímulo a la Entrada de Divisas que opere como el ISD (Impuesto a la Salida de Divisas) pero a la inversa”. Se refiere a que “por cada dólar que ingrese se confiera una nota de crédito equivalente a la aplicación de la tarifa vigente del ISD sobre el monto ingresado efectivamente al país”.
Asimismo, el analista considera que si este dinero es colocado en la banca en depósitos a plazo de al menos seis meses, también debería conferirse un estímulo adicional.
El segundo camino, ya iniciado en la administración anterior, es la potenciación del uso del dinero electrónico. Guido Macas sostuvo que “eso permitirá multiplicar el circulante y aumentar la liquidez en la economía, ya que será la banca la encargada de esa tarea. La banca es la principal fuente de multiplicar el dinero hasta por diez veces en una economía”.
Por su parte, el excandidato presidencial, Guillermo Lasso, no dejó de pronunciarse luego del diagnóstico ecomómico dado a conocer por parte del Ejecutivo. Primero reconoció la frontalidad al presentar las cifras. Además, entre sus mensajes difundidos en Twitter, menciona eliminar la Ley de Plusvalía (su revisión ha sido anunciada) y el Impuesto a la Salida de Divisas.
“Los activos suman más del 400% del PIB”
Luego del diagnóstico económico presentado por el presidente Lenín Moreno, su antecesor, Rafael Correa, se pronunció en las redes sociales. Principalmente se refirió a una explicación sobre el déficit fiscal y la deuda pública del Ecuador. Recordó que durante su administración sí se informó que el déficit del Gobierno Central en 2017 sería de $ 4.700 millones, $ 1.000 millones menos que el año anterior.
“Aunque la situación fiscal aún es dura, no ha sido verdad el ‘multimillonario déficit’ que ciertos ‘analistas’ lo situaban en 8% del PIB”, escribió Correa en su cuenta de Twitter, refiriéndose a una publicación de diario El Universo de 13 de julio de 2017.
“La reducción del déficit, el cual continuará bajando una vez superada la ‘tormenta perfecta’, se debe a ‘medidas de austeridad’ que están tomadas hace rato. Yo goberné dos años sin un dólar de ingreso petrolero para el Gobierno Central”.
Recordó la recuperación de la economía del país a pesar de haber pagado a las petroleras Oxy y Chevron. “Y ojalá ya no ocurra otro terremoto de casi 8 en la escala Richter, con cerca de 4.000 réplicas y con pérdidas superiores a 3,3% del PIB”.
El expresidente manifestó que el informe presentado el viernes no tomó en cuenta los activos del Estado “que suman más del 400% del PIB”.
Afirmó además que la deuda pública consolidada, a mayo de 2017, es de 27,7% del PIB. “El FMI y Banco Mundial nos pone como uno de los países menos endeudados del mundo”, concluyó.