El momento más esperado por las personas que disfrutan de las celebraciones de cumpleaños es, sin duda alguna, el de soplar las velas. Luego de cantar el famoso “Cumpleaños final”, el agasajado piensa en sus tres deseos y sopla sobre la torta para apagar las velitas.
Sin embargo, la ciencia explica que esta costumbre incrementa el número de bacterias en la superficie del pastel. Una información curiosa que no pretende terminar con esta tradición.
Un estudio liderado por Paul Dawson, docente de la Universidad de Clemson en Carolina del Sur, confirmó que soplar las velitas multiplica en 1.4% más las bacterias sobre la torta.
Ya que las moléculas de saliva que se expulsan en cada soplo llega a la superficie del pastel y favorece su propagación hasta en 15 veces.
La saliva es un fluido líquido producido por las glándulas salivales y que es el encargado de liderar la primera etapa del proceso de digestión y la conformación del bolo alimenticio.
Al día, un adulto produce entre 1 y 1.5 litros en promedio; y, a lo largo de la vida se produce más de 43 mil litros.
En cada soplo, algunas de los 80 millones de bacterias ubicadas en nuestra boca son transferidas a la superficie de la torta.
La médico internista Mónica Terry explica que los estreptococos son los organismos más comunes en ese medio.
“Podemos encontrar bacterias muy frecuentes como estreptococos, actinomicetos, peptostreptococos, como Gram positivos, propiamente; y, Gram positivos como fusobacterium, bacteroides, prebotella, eiquenella, campilobacter, entre otros.
Es decir, encontramos muchos tipos de bacterias dentro de la boca”, comenta.
Pese a lo que se cree, enfermedades como Hepatitis A y fiebre tifoidea no se transfieren por medio de la saliva.
“El Virus de la Inmunodeficiencia Humana o VIH pues es muy difícil contraerlo al compartir besos, tazas, vasos, tenedores, inclusive comidas”, explica la especialista.
De acuerdo con la publicación del estudio, se construyó un escenario real de cumpleaños, donde se soplan las velas como cierre de la celebración, después de una cena.
Los resultados revelaron que en cada soplo no solo se incrementó el número bacterias, sino que dependiendo de las características de la persona, estos transferían un mayor o menor cantidad de microorganismos.
Soplar velas no es la única manera de transferencia de bacterias. Dar un beso es la principal forma. “Las enfermedades que se transmiten a través de la saliva son principalmente por medio de un beso. Además, de un estornudo, de la tos e incluso hablando”, finaliza.