Este sábado, el Ministerio de Exteriores de Colombia ha difundido un comunicado en el que rechaza «el uso de la fuerza» contra Venezuela, debido a que estima que «todas las medidas deben darse sobre el respeto de la soberanía» de ese país y «a través de soluciones pacíficas».
La Cancillería colombiana se ha manifestado de esta manera un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asegurara ayer que Washington maneja «muchas opciones» respecto a Venezuela y subrayara que «no descarto una opción militar».
El mismo día, el mandatario se negó a hablar por teléfono con su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, a propuesta de la parte venezolana.
Después de esas declaraciones de Trump, varios países latinoamericanos significaron en contra de cualquier medida hostil de ese tipo contra Caracas. Por ejemplo, el vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic, tuiteó: «No a la amenaza de intervención militar de Estados Unidos en Venezuela. El camino es el diálogo y la paz, no la intervención y la guerra».
México también mostró su rechazo al «uso o la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales», mientras que el canciller de Perú, Ricardo Luna, apuntó que «todas las amenazas extranjeras o nacionales de recurrir a la fuerza» socavan «los principios consagrados en la Carta de la ONU«.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, condenó en su cuenta de Twitter «el afán intervencionista armado de Estados Unidos contra Venezuela, país que busca la paz en diálogo en Constituyente y elecciones regionales». Además, el ministro de Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, señaló que el Gobierno de su país «rechaza [la] amenaza de una intervención militar en Venezuela».
En propio ministro de Comunicación e Información venezolano, Ernesto Villegas Poljak, valoró las declaraciones del mandatario estadounidense como «la más grave e insolente amenaza jamás proferida» contra su país, mientras que el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, estimó que una posible acción militar en contra de su país supondría «un acto de locura» y «de supremo extremismo».
Por su parte, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, estimó que «la temeraria amenaza» de Trump «pretende arrastrar a América Latina y el Caribe a un conflicto que alteraría permanentemente la estabilidad, la paz y la seguridad en nuestra región».