Más de 20.000 personas participaron el miércoles en la anual Tomatina, una fiesta en las calles de un pueblo en el este de España donde los asistentes se arrojan toneladas de tomates maduros hasta terminar bañados en pulpa roja.
A las 10:55 horas exactas de hoy, las tranquilas calles del pueblo español de Buñol se transformaron en un verdadero campo de batalla, en el que unos 22.000 combatientes, 14.300 de ellos extranjeros, se enfrentaron con 160 toneladas de tomate en mano como única munición.
Se trata de la Tomatina, que desde 1945 se celebra todos los últimos miércoles de agosto
En total, los 22.000 participantes, dos tercios de ellos extranjeros, utilizaron como munición unas 160 toneladas de tomates, descargadas a la multitud desde camiones.
Se trata de la tradicional Tomatina, que desde 1945 se celebra todos los últimos miércoles de agosto y que en esta septuagésima segunda edición consolidó su transcendencia internacional con la asistencia de un 65% de “guerreros” procedentes de Europa, EEUU, Japón, India, Australia, Sudáfrica, Argentina, Brasil, Colombia.
Por primera vez en los últimos siete años, el volumen de tomates no aumentó: “160.000 kilos es una cantidad suficiente”, admitió el concejal responsable de esta fiesta, Rafael Pérez.
Un estallido a las 11:00 local marcó el inicio de la descarga del arsenal de tomates maduros lanzados durante la fiesta, a la que la mayoría de los participantes asisten únicamente en traje de baño y con gafas para proteger los ojos.
La Tomatina nació en 1945, cuando durante una trifulca varios jóvenes se lanzaron las existencias de un puesto de verduras.
En 2002, el ministerio de Turismo español la designó como «fiesta de interés turístico internacional», por su popularidad.