Ni el Estado de Francia ni la alcaldía de la capital tienen los 100 millones de euros necesarios para restaurar la catedral de Notre Dame. El arzobispo de París, André Vingt-Trois, se ha visto forzado a crear una asociación destinada a intentar recolectar los fondos necesarios para salvar uno de los símbolos más emblemáticos de la arquitectura gótica y religiosa de nuestra civilización.
La asociación Friends of Notre-Dame de París (Amigos de Notre Dame de París) se creó el mes de mayo pasado con el fin expreso de dirigirse a la opinión pública norteamericana.
La más sensible del mundo hacia las peripecias y el futuro de la legendaria catedral, aparentemente, tras el estreno, en Las Vegas (Nevada) de una nueva comedia musical que tiene por escenario uno de los grandes templos de la historia de la cristiandad.
Michel Picaud, presidente de la asociación Amigos de Notre Dame, comenta de este modo la campaña dirigida especialmente al público estadounidense.
La comedia musical «Notre Dame de París«, de Luc Plamondon, se estrenó en Las Vegas en el año 2.000.
Ese espectáculo dio una celebridad inesperada a los personajes de Esmeralda y Quasimodo, de la novela de Víctor Hugo, en toda la costa oeste de los Estados Unidos.
Esperamos que la campaña termine dando frutos positivos.
Creada la asociación, fue necesario presentar el proyecto a las autoridades fiscales norteamericanas, que han terminando aceptando el proyecto francés.
Varios portavoces oficiosos del arzobispado de París explican de este modo el llamamiento a la opinión pública internacional, pidiendo fondos para salvar la catedral de Notre Dame.
Si no se comienzan pronto los trabajos de restauración, gárgolas y capiteles corren el riesgo de caerse a pedazos.
Nuestra catedral más emblemática necesita una restauración de urgencia. El turismo de masas, la polución, y la vejez de las venerables piedras de la catedral han terminando convirtiéndose en una amenaza, que es necesario atajar con unos trabajos de restauración de urgencia.
La catedral de Notre Dame, en el corazón histórico de París, comenzó a edificarse en 1163. El proceso de construcción se prolongó hasta 1345.
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Obra maestra de la arquitectura gótica, Notre Dame ha ocupado un puesto capital en la historia religiosa, cultural y política de Francia y de Europa.
Visitada cada año por más de 14 millones de turistas, Notre Dame es un símbolo y una encrucijada cultura de la historia de nuestra civilización.
Ante el costo económico de la restauración del patrimonio arquitectónico y religioso nacional, muchas grandes iglesias, como Saint-Eustache, en el corazón de París, se han visto forzadas a utilizar sus muros como paneles publicitarios, con un efecto que roza lo grotesco, en algunas ocasiones.
El arzobispado de París llevaba varios años intentando encontrar socorro financiero de urgencia de la alcaldía y/o el Estado.
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En vano. Ha sido imposible «encontrar» los 100 millones de euros para iniciar una restauración de urgencia.
Tratándose de un símbolo religioso, cultural e histórico de tal envergadura, se estimó que la eventual utilización de los muros de la catedral con fines publicitarios podría tener algo de profanación.
Appel, Nike y muchas otras grandes empresas alquilan desde hace años los muros de grandes monumentos.
En el caso de Notre Dame, Monseñor André Vingt Trois y su equipo pensaron que, finalmente, el mecenazgo podría ser una fórmula más noble para encontrar fondos y socorro financiero de urgencia.
La asociación Amigos de Notre Dame de París se creó con el fin expreso de conquistar al gran público estadounidense.
Pero todas las donaciones serán bien recibidas, cómo dudarlo, vengan de donde vengan.