Un equipo de investigadores estadounidenses desarrolló una tecnología que podría hacer que un niño reciba todas las vacunas con una única inyección.
Su invento almacena las vacunas en cápsulas microscópicas que sueltan la dosis inicial, así como las dosis adicionales en días específicos tras la inyección.
La estrategia ya ha sido probada con éxito en ratones, según los resultados de un estudio publicado en la revista científica Science.
Los investigadores creen que el uso de esta tecnología podría ayudar a pacientes en todo el mundo.
Durante los primeros años de vida, los niños deben vacunarse contra muchas enfermedades, como la difteria, el tétanos, la polio, la hepatitis, la tos ferina, la meningitis, el sarampión, las paperas, la rubeola y otras, y muchas de estas inmunizaciones requieren de dosis múltiples, espaciadas cada pocos meses.
¿Cómo funciona?
El equipo científico, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), diseñó un nuevo tipo de micropartículas comparables con una cápsula de café: estos contenedores diminutos están llenos de las distintas vacunas y sellados con una tapa.
El aspecto clave de este invento es que el diseño de esas cápsulas puede ser preprogramado para que puedan romperse y soltar su contenido en momentos precisos.
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En uno de los experimentos con ratones los científicos comprobaron que las sustancias se liberaban exactamente a los nueve, 20 y 41 días tras la inyección.
«Estamos muy emocionados con este trabajo», dijo el investigador del MIT, Robert Langer.
«Por primera vez podemos crear una biblioteca de diminutas partículas de vacunación, cada una de ellas programada para liberarse en un momento preciso y predecible, para que la gente pueda potencialmente recibir una única inyección que ya incluiría revacunaciones múltiples», explicó.
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«Esto podría tener un gran impacto para los pacientes de todo el mundo, particularmente de países en desarrollo».
Esta tecnología desarrollada por el equipo del MIT se diferencia de inventos anteriores con los que los medicamentos se liberan poco a poco a lo largo de un gran periodo de tiempo.
En este caso la idea es que las cápsulas suelten las vacunas de una manera rápida y brusca, para imitar el efecto de los programas de inmunización.
Otro de los investigadores involucrados en el estudio, el doctor Kevin McHugh, dijo que en el mundo en desarrollo esa puede ser la diferencia entre no estar vacunado y recibir todas las vacunas de una vez.