La capacidad que tienen las empresas para mantener su crecimiento y rentabilidad a largo plazo define su supervivencia y desarrollo. Esto es lo que se conoce como competitividad y obedece a dinámicas internas que puede implementar una empresa, pero también depende de varios factores externos relacionadas con el entorno donde se desenvuelven.


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La capacidad que tienen las empresas para mantener su crecimiento y rentabilidad a largo plazo define su supervivencia y desarrollo. Esto es lo que se conoce como competitividad y obedece a dinámicas internas que puede implementar una empresa, pero también depende de varios factores externos relacionadas con el entorno donde se desenvuelven.

El desempeño de Ecuador en distintas mediciones internacionales muestra pocos avances y muchos temas pendientes.

Un ejemplo de esto es que el país registra una caída continua en el ranking de competitividad global que realiza el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). En septiembre pasado se ubicó en el puesto 97 de 137, con un índice de competitividad global de 3,91.

En el 2016 (con indicadores del 2015), el país alcanzó el lugar 91 entre 138. Y en el 2015 (con información del 2014) se ubicó en el puesto 76 entre 140 naciones. En el ranking de este 2017, que se basa en datos del 2016, Ecuador está por debajo de Argentina (92) y Nicaragua (93), que el año pasado ocuparon en el listado los lugares 104 y 103, respectivamente.

Índice local de competitividad
Para tratar de cambiar este panorama y tener cifras de la realidad interna que definan estrategias y articulen a los actores económicos y políticos, el Centro de Competitividad e Innovación, el Municipio de Guayaquil y la Fundación E.dúcate elaboraron el Índice de Competitividad Local (ICL).

La guía resume las variables que definen la competitividad del país enriquecida por experiencias de organismos internacionales como el WEF, el Centro de Comercio Internacional, el Centro de Competitividad Mundial, entre otros.

El ICL, presentado el 11 de noviembre pasado, en su primera edición analizó a 186 cantones y describió su desempeño competitivo a través de 51 indicadores agrupados en 7 pilares (eficiencia pública, infraestructura, capital humano, eficiencia de mercados, tamaño de mercado, innovación y posición productiva local).

El ranking lo encabeza Quito, mientras que Guayaquil, la ciudad con mayor población en el país, se situó tercera por detrás de Samborondón y seguida por Rumiñahui y General Antonio Elizalde (Bucay).

En el caso específico de Guayaquil, el cantón ocupa el segundo lugar en el pilar de posición productiva local, además es la novena mejor ciudad en infraestructura. También lidera el ranking de conectividad portuaria y tiene calificaciones positivas en conectividad digital y acceso a servicios básicos.

Además, es líder de los indicadores de longevidad empresarial (las empresas se mantienen 9 años cuando el promedio nacional es de 5,5) y declaraciones a la renta de sociedades por cada 10.000 habitantes. Cuenta, además, con una calificación adecuada en tamaño de mercados y eficiencia pública.

Medición de educación
En cambio, la ciudad tiene su punto más bajo en el pilar de eficiencia de mercados, al obtener una calificación de 3,53 (media alta). Este incluye la evaluación de los indicadores financieros (como el nivel de depósitos y créditos) y el análisis del mercado laboral. La ciudad tiene sus peores calificaciones en número de cajeros automáticos por cada 10.000 habitantes y migración laboral.

En el pilar de innovación no cuenta con una plataforma apta para que las empresas inviertan en investigación. Además, tiene una mala calificación en el pilar de capital humano (acceso y calidad de salud y educación).

Preocupa innovación
Para Virginia Lasio, decana de Espae de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), la calificación del país en innovación es preocupante. “Hay muchos elementos que contribuyen con este pilar importantísimo para la competitividad como la sofisticación, porque negocios que tengan estándares internacionales, modelos de gestión modernos tendrán la capacidad de innovar”, dice.

La catedrática sostiene que si bien mejorar la educación es importante “hay objetivos que se pueden lograr a corto plazo (…), en el país existen empresas que están realizando las cosas bien, el problema está en que comiencen a arrastrar a otras a tener los mismos estándares”.

Cely y Lasio coinciden en que el país también debe mejorar las condiciones laborales para jóvenes (solo en Guayaquil más de 200.000 no estudian ni trabajan). Además, incrementar y crear más servicios especializados en conocimiento e innovación, atraer nueva inversión extranjera privada a través de incentivos económicos para mejorar la competitividad.


Redacción CiudadColorada.com | El Universo







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