La apariencia actual de Egry Xavier M.B. dista de la fotografía que circulaba con la oferta de una recompensa de $ 10.000 por información real de su paradero. Su cabello estaba largo y su rostro barbado y más ancho.
El ciudadano se encontraba en la lista de los ‘Más buscados’ desde octubre del año pasado cuando su nombre apareció entre los denunciados por delitos sexuales, contra niños de 6 y 7 años, dentro del colegio réplica Aguirre Abad, en el norte de Guayaquil.
El detenido trabajaba en el lugar como profesor de estudios sociales y de matemáticas. Otros tres maestros fueron arrestados ese mes, todos están con prisión preventiva: dos por presunta violación y dos por supuesta tortura.
Ayer en la tarde, los agentes del Bloque de Búsqueda de la Policía Judicial (PJ) localizaron al hombre en la casa de una familiar, en el sector Puerto Lisa, en el sur de la ciudad. César Peña Morán, fiscal encargado de la investigación, indicó que Egry M. ya está vinculado al proceso y por eso no pasará por la audiencia de formulación de cargos.
La instrucción fiscal concluirá este domingo 4 de febrero. De ahí se solicitará se agende la instalación de la audiencia de evaluación y preparatoria de juicio. “Está vinculado al proceso por el presunto delito de violación, al igual que Bryan M., y pasará a un centro de privación de libertad de Guayaquil”.
En este caso fueron víctimas cinco niños, quienes a inicio de este mes narraron lo ocurrido durante una entrevista en la cámara de Gesell. Hernán Ulloa Ordóñez, abogado de los perjudicados, indicó que los familiares sienten un alivio con esta última detención.
“Las criaturas narraron que Egry M. y Bryan M. los llevaban al baño y les hacían sexo oral y los obligaban a que ellos se lo hagan. Esperamos que por la acumulación de las penas, ya que son varias víctimas, se les impongan los 40 años que es la pena máxima en el país”.
El abuelo de uno de los niños manifestó que cuando su nieto se enteró que el exprofesor fue capturado le dijo que ya no iba a tener más miedo. “Él sigue asistiendo a terapias psicológicas y eso lo ayuda bastante, pero igual no es el mismo de antes.
Es rebelde y ya no es buen alumno, aunque está en otro colegio”. También recordó con pesar que cuando fue al plantel a denunciar lo ocurrido no recibió ayuda, sino amenazas por parte de la autoridad educativa. “Espero que por este lado también se haga justicia para el menor”.
Redacción CiudadColorada.com | Telegrafo
