¿Sabía que lo que comemos, cuándo lo comemos y cómo lo comemos influye en la duración y en la calidad de nuestro sueño?, ¿O que a veces, a pesar de haber dormido pocas horas, nos levantamos descansados?
Si usted tiene problemas para dormir por las noches, puede que el problema esté en su alimentación, por eso le contamos cuáles son los platillos que lo ayudan a caer rendido como un bebé en los brazos de Morfeo.
Según estudios sobre este tema, los alimentos que facilitan el buen dormir son los cereales, las legumbres como la soya y sus derivados como el tofu, el bacalao (por el omega tres que posee), las nueces, el maní, el banano, la piña, el aguacate, los lácteos (quesos frescos) y los tés de valeriana y manzanilla, explicó Victorina Aguilar, nutricionista y catedrática de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) en Madrid, España.
«Hay otras como la lechuga que están asociadas con la sensación de sueño, por el efecto calmante que produce la lactulina que contiene. Las espinacas por su parte son altas en ácido fólico y calcio, que favorecen la síntesis de serotonina y ayuda a regular el sueño. Eso sí, deben comerse preferiblemente en ensaladas», explicó la nutricionista española.
Y para los amantes de la papa, su alto contenido en potasio, calcio y magnesio, lo ayudan a relajarse.
La cebolla también es otro buen aliado del sueño que, además, aporta antioxidantes y antiinflamatorios.
«Hay comidas como los lácteos, pescados o el pollo que tienen glutamato, un ácido que ayuda a producir relajación», dijo Aguilar.
La carne no lo dejará dormir
Si quiere dormir como un angelito no coma bistec en la noche porque la carne roja produce el efecto contrario y más bien le va a dar insonmio y menos si le arrima unos huevitos con tomate, ahí si es cierto que no pega los ojos en toda la noche.
Esto no quiere decir que debe hacerle la cruz a esos alimentos, solo que debe escoger mejor la hora del día en que se los come.
Así en dos platos, en la cena como los alimentos que le favorecen el sueño y no le provoquen ganas de orinar para que no se tenga que levantar en la madrugada.
Según la especialista, existen muchas comidas que es mejor no incluir en la cena pues contienen componentes que afectan al sistema nervioso central, algunos de ellos son: la cafeína del café o los refrescos gaseosos; chocolate, carne de cerdo o de res, berenjena, hongos, queso cheddar, azul o gorgonzola, embutidos como la mortadela, peperoni, salami o salchicha.
Otras comidas que mejor dejar para el día son el atún, sardinas y el tomate.
El perejil, la menta o las comidas cargadas de grasa pueden producir ganas de orinar, gases o reflujos que no lo dejarán descansar plácidamente.
“Tampoco hay que especiar mucho los alimentos consumidos durante la última comida del día, ya que estas activan el jugo gástrico en el estómago y dificultan el sueño por molestias digestivas y por un aumento de la temperatura corporal”, asegura la nutricionista.
Asimismo, investigaciones del Instituto de Nutrición Humana de la Universidad de Columbia, en Nueva York, muestran que las comilonas o muy ricas en grasas saturadas y azúcares se asocian a sueños ligeros, menos reparadores y con más interrupciones, según informa la nutricionista.
“Algo similar sucede con el alcohol, que en principio parece que produce cierta sedación, pero da un sueño más liviano”, concluye Aguilar.
Redacción CiudadColorada.com | Agencias