Murcia.- El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, ha pedido en Murcia que se investigue lo que está sucediendo en Ecuador, pues en estos once meses de Gobierno de Lenín Moreno «ya no queda nada de la Constitución y nadie dice nada», aunque, a su juicio, la ira ‘popular’ «que se está expresando» terminará «por explotar», desconociendo en «lo que acabará y desembocará todo esto»
Así ha hecho mención a la manifestación celebrada este martes por un grupo de seguidores del expresidente, a la que asistieron 5.000 personas cuando calcularon 1.800, según sus cálculos, «y de la que no se ha sacado nada» en los medios de comunicación del país, resaltando que en el mejor momento de las marchas contra su gobierno, hubo 3.000 personas, «entonces te sacaban en primera página y hacían creer al mundo que todos estaban contra nosotros».
Tras lo que ha señalado que «si lo que le están haciendo a Lula da Silva hubiera sucedido en Venezuela como opositor, ya estaría invadida», pero como es un dirigente de izquierdas, y se lo hace un gobierno de derechas, «no pasa nada».
En un contacto con los medios en Murcia, ha asegurado que en su país «se están rompiendo los derechos humanos, el derecho a la asociación», insistiendo en la falta de control institucional del Gobierno actual, «más preocupado en acabar con el anterior con calumnias de corrupción, de mal manejo económico o sobreendudamiento», de hecho, «ya tengo seis juicios penales; más que Al Capone», ha bromeado.
Pero, en su opinión, «esto no va a poder sostenerse, son demasiadas contradicciones, rompimientos constitucionales e incumplimientos», el problema «es cómo va a estallar». Antes de pronunciar una conferencia en la Universidad de Murcia, enmarcada en el ciclo ‘Seminarios del Rector’, titulada ‘América Latina en disputa: retos y desafíos’, Correa ha hablado que los cambios en Ecuador está suponiendo un retroceso en todos los aspectos, también en educación.
«Con la vuelta de las élites al poder, los banqueros y las embajadas, hemos pasado del estado de derecho al estado de opinión», ha lamentado, «algo gravísimo». «El desarrollo es una problema esencialmente político», ha manifestado Correa, criticando que «nos quieran hacer ver que las escuelas unidocentes han sido la solución, cuando es condenar a los pobres al círculo perpetuo de la miseria».
Se trataba de «la peor educación para los pobres para mantenerlos en la pobreza, explotados y agradecidos de la explotación», porque «los mantenía en la ignorancia», algo que trató de romper con la «revolución educativa» que realizó en sus años de gobierno, consiguiendo la unión de 20.000 a 12.000 escuelas unidocentes y el cierre de 2.000, así como de 14 universidades, «y que rompió ciertos esquemas de poder».
«Los políticos debemos hacer lo correcto, no lo más fácil», ha subrayado, haciendo mención a Abraham Lincoln, «si hubiera hecho lo más fácil, seguiríamos teniendo esclavitud en EE.UU.». «Volvemos al provincionalismo, a la academia y ciencia mediocre», cuando uno de los grandes desafíos de la América Latina es mejorar el nivel universitario», ha sostenido, «porque no hay ninguna universidad latinoamericana entre las mejores del mundo».
Esa es la triste realidad, ha acentuado, «hay retrocesos» fruto de que volvieron los mismos al poder, «ya no hay un cuerpo popular en función de la grandes mayorías, con ética política y con políticos responsables».
Correa, que fue presidente de Ecuador desde enero de 2007 hasta mayo de 2017, ha asegurado que no volverá a ser candidato a la Presidencia, «me inhabilitaron con una consulta», ha recordado, indicando «que se rompió el orden y control Constitucional», afirmando que de haberlo hecho él, «estaría destituido y en prisión, pero como es contra nosotros, no pasa nada».
Con ese argumento, «Cataluña es independiente», ha declarado Rafael Correa, que ha asegurado que no ha coincidido con Carles Puigdemont en Bélgica, y al que «le encantaría conocer; lo respeto mucho, y al pueblo catalán, al que quiero mucho».
«No hubo ningún control ni siquiera en las preguntas» de esta consulta, ha criticado, «así en la pregunta dos, se prohíbe la reelección para el futuro y la hicieron retroactiva al 2008» porque de lo contrario, se hubiera podido presentar. Ahora, ha continuado, «buscan condenarme por algo» porque en la primera pregunta, de lucha contra la corrupción, «inhabilita al que esté sentenciado por un delito de corrupción de por vida para cualquier cargo público».
Así ha dicho tener fe en el sistema interamericano de derechos humanos, porque «la inconstitucionalidad de esa consulta es clamorosa y muy probablemente se pueda revertir», aunque «lo que sí indigna es lo que se está haciendo» por el Gobierno.
LOS MIGRANTES: «HÉROES DE NUESTRO PAÍS»
Acompañado por el rector de la Universidad de Murcia (UMU), José Orihuela, ha recordado que Ecuador no era un país de gran tradición migratoria, «todo empezó con el estruendo fracaso del neoliberalismo», cuando «por la imprudencia de los agentes del mercado, la falta de regulación y los fundamentalismos de que el sistema financiero se iba a regular solo» quebraron 16 instituciones bancarias en 1999.
«No se les ocurrió mejor idea que realizar la mayor incautación de bienes privados de la historia del país con el congelamiento de depósitos durante un año», ha explicado en un contacto con los medios, «plata privada para salvar a los bancos». La gente, ha acentuado Correa, «se nos suicidaba por no poder sacar su dinero para mandar a sus hijos al médico».
Eso produce la migración, «la falta de oportunidades» y «esos pobres exiliados que mandaban plata a su país son los héroes de nuestro tiempo porque son los que rescataron a Ecuador»; qué contradicciones, exclama, así ha pedido «admirar a nuestros migrantes con un inmenso dolor».
Correa ha hablado así de una «desestructuración social y familiar sin precedentes», recordando que hubo madres que no veían a sus hijos hace 18 años «y que prefirieron sacrificarse, no ver crecer a sus hijos, para darles una vida mejor» y de nuevos fenómenos sociales que no existían antes como el del suicidio infantil, «porque sus dos padres estaban en España y tenían que criarse con hermanos mayores, el tío o el vecino».
También estaba prevista que tras la conferencia ‘América Latina en disputa: retos y desafíos’, el expresidente de Ecuador hablara de la reforma universitaria realizada en su etapa de Gobierno, a petición del rector de la Universidad de Murcia. En rueda de prensa, ha recordado que su gobierno invertía más en ello que los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), «solo nos superaba Dinamarca».
Así, ha defendido la educación superior y la Universidad «como esa locomotora que ala a la sociedad en la ciencia y la tecnología» y es que opina que «una base científica-tecnológica puede crear mas trasformaciones sociales para el buen vivir que cualquier lucha de clases o individualismo».
Finalmente, sobre el déficit y el gasto público español, Correa ha señalado que «la obsesión por esto y por las políticas de austeridad son telenovelas repetidas que no han funcionado». La inflación no es indicador de bienestar, «en los cementerios no hay inflación», ha subrayado el expresidente de Ecuador, quien ha ironizado que «si esos economistas fueran médicos», ante la fiebre alta, «congelarían al paciente».
«Es absurdo», sólo hay un coto que es ineludible, «la pérdida de valor de los activos líquidos». «Vivimos en el imperio del capital», ha concluido.
Redacción CiudadColorada.com | Europa Press