En la compleja búsqueda de su alma tras la derrota de Hillary Clinton y al plantearse el camino adelante en la era de Donald Trump, el Partido Demócrata difícilmente va a poder obviar lo que pasó el martes en las primarias de Nueva York.
En un resultado que nadie había predicho, Alexandria Ocasio Cortez, una joven latina negra de 28 años sin más experiencia política que haber trabajado en la campaña de Bernie Sanders y como activista comunitaria en el Bronx, desbancó con contundencia a un peso pesado del partido.
Se trata de Joseph Crowley, que ocupaba un escaño desde 1999 en la Cámara Baja y cuyo nombre había sonado incluso como potencial relevo de Nancy Pelosi en el poderoso cargo de ‘speaker’.
Ni sondeos ni expertos vaticinaron la victoria de Ocasio Cortez frente a una figura clave del aparato, especialmente en Nueva York. Pero ella se impuso con el 57% de los votos y el suyo es un triunfo de una agenda decididamente progresista, incluso más a la izquierda que la de Sanders.
Es, también, una historia de David contra Goliat en muchos aspectos, incluyendo el de fondos de campaña. Entre abril y el 6 de junio ella gastó poco más de 180.000 dólares. De las arcas del bien conectado Crowley salieron 1,1 millones.
Agenda más progresista
El éxito de Ocasio-Cortez ha llegado en un territorio marcadamente progresista y se da por sentada su elección en las legislativas de noviembre (con lo que podría convertirse en la congresista más joven de EEUU).
Eso diferencia la situación de la que se vive en distritos moderados y bisagra, donde los demócratas librarán batallas más indefinidas y reñidas en su intento de arrebatar a los republicanos el control de la Cámara Baja e incluso del Senado, y no está claro que la agenda más progresista sea útil para ganar votantes independientes o moderados.
Así al menos lo quiere ver el aparato del Partido Demócrata, y lo ha subrayado este miércoles Pelosi. Pero tanto el mensaje de las urnas neoyorquinas como el de la candidata triunfadora han sido cristalinos, recordando que la agenda y el foco en los temas que afectan a trabajadores y minorías importan.
Hasta el editorial de ‘The New York Times‘, un diario que durante la campaña no dedicó ni un solo artículo específico a Ocasio Cortez, ha leído su victoria como un mensaje: “La base progresista está encendida, movilizada en las urnas e ignorarla conlleva un enorme riesgo político”.
Redacción CiudadColorada.com | El Periódico.com