Rusia considerará como una «declaración de guerra económica» la adopción de una posible segunda tanda de sanciones estadounidenses y reaccionará con todos los medios a su disposición, advirtió este viernes el primer ministro ruso Dmitri Medvedev.
Estados Unidos anunció el jueves nuevas sanciones económicas contra Rusia, a la que que considera responsable del envenenamiento en Reino Unido de un exespía ruso usando el agente nervioso Novichok, y mencionó la posibilidad de una segunda tanda de sanciones «draconianas» en el futuro.
«Si siguen cosas como la prohibición de tal o cual banco o de la utilización de tal o cual moneda, habrá que llamar las cosas por su nombre: es una declaración de guerra económica», declaró Medvedev, citado por la agencia de prensa Interfax.
«Y tendremos que responder absolutamente a esta guerra. Con métodos económicos, métodos políticos y, si es necesario, con otros métodos», agregó el primer ministro ruso.
«Nuestros amigos estadounidenses lo tienen que entender», precisó.
El Kremlin denunció el jueves como «inadmisibles», «hostiles» e «ilegales» las nuevas sanciones estadounidenses, que limitan la exportación de algunos productos tecnológicos, y prometió una respuesta.
La posible segunda etapa de las sanciones, calificadas de «draconianas» por un alto funcionario estadounidense, podría ir hasta la prohibición de aterrizaje de los aviones de las aerolíneas rusas en aeropuertos estadounidenses o incluso la suspensión de relaciones diplomáticas entre los dos países.
El diario ruso Kommersant publicó el miércoles lo que presentó como un proyecto de sanciones estadounidenses que exige en particular una investigación sobre la presunta fortuna personal del presidente Vladimir Putin y prohíbe a los ciudadanos estadounidenses comprar deuda soberana rusa.
Según Kommersant, el plan incluiría igualmente sanciones contra los grandes bancos públicos rusos como Sberbank, VTB y Gazprombank, y el sector de los hidrocarburos, esencial para la economía rusa.
Rusia está sometida a sanciones occidentales cada vez más severas desde la anexión de Crimea en 2014 que contribuyeron, sumado a la caída de los precios de los hidrocarburos, a provocar dos años de recesión de la que salió a finales de 2016.
En medio de acusaciones de injerencia rusa en la campaña electoral de 2016, Estados Unidos no ha cesado de reforzar sus sanciones en los últimos años a pesar de las promesas de reconciliación de Donald Trump.