Juana Fernández, usuaria de Instagram, denunció el pasado 6 de agosto, un ataque pirata a su cuenta personal de Instagram en la que tenía más de 3 000 fotografías. Aunque volvió a crear una nueva cuenta, el resultado fue el mismo y aún peor: se postearon dos imágenes en las que se informó a sus amigos del hackeo.
El caso de Fernández se replicó en cientos de usuarios que reclaman el secuestro de sus cuentas por parte de correos electrónicos con la terminación ‘.ru’.
El ataque deja sin acceso a los usuarios verídicos de la cuenta y, en la mayoría de casos, cambia la imagen de perfil y contenido interno por fotogramas de películas.
El problema comienza cuando se ingresa el usuario y contraseña. La red social advierte que los datos son incorrectos y los métodos de recuperación de la cuenta a través de un código en su celular o correo electrónico fracasarán.
Al pedir que se restablezca la contraseña, se le notificará que la nueva contraseña llegará a un correo de procedencia ‘.ru’, relacionada con direcciones de Rusia.
Redacción CiudadColorada con información de El Comercio