Una intensa réplica sacudió el miércoles la capital y algunas zonas del noreste de Venezuela reavivando los temores que vivieron muchos pobladores la víspera tras el fuerte sismo que sacudió el país y aunque no dejó heridos sí afectó algunas estructuras.
“Desde anoche lo que hago es llorar”, afirmó con los ojos hinchados Alejandra Martínez, una ama de casa de 47 años, mientras apretaba contra su pierna izquierda al más pequeño de sus tres hijos, de tres años.
Que ajeno a la realidad jugaba con un tubo en la escalera de metal de una humilde vivienda de dos pisos ubicada debajo de un rascacielos abandonado que sufrió la víspera una inclinación a consecuencia del temblor.
Mirando hacia la cima de la llamada “Torre de David”, en el centro de la capital venezolana, Martínez admitió sentirse muy asustada. “Estoy viviendo una pesadilla porque me imagino que algo de eso (de la torre) le caiga a mis niños encima”, agregó.
La Torre de David, de 190 metros de altura, sufrió el martes una inclinación de 25 grados en los últimos cinco pisos tras el sismo de magnitud 7,3, que fue el más fuerte que se ha registrado en Venezuela desde 1900, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Durante la mañana del miércoles ocurrió una réplica de magnitud 5,8 con una importante profundidad, de 98 kilómetros, que se sintió en varios estados según indicó el ministro de Relaciones Interiores, mayor general Néstor Reverol.
La inclinación del rascacielos, que fue abandonado en 1994 tras la intervención del grupo financiero Confinanzas, que era propietario de la edificación, ha generado conmoción entre los habitantes del centro de la capital, especialmente los vecinos de la edificación, que temen que en cualquier momento algún material de la estructura se pueda precipitar.
“Tengo miedo porque es la primera vez que hay un temblor tan fuerte y que eso se movió“, afirmó Loly Beneyto, un ama de casa de 57 años, mientras señalaba con su mano derecha una de las láminas de la fachada de la torre parcialmente desprendida. “Al hacer el edificio rebote, aquí puede caer sobre mi casa cualquier cosa y traer consecuencias”, acotó.
Beneyto relató que la noche del martes debió salir de su vieja casa, que funciona como escuela, junto con su madre, de 84 años, y una amiga después de que las autoridades ordenaran el desalojo temporal de las viviendas que están debajo del rascacielos mientras se sometía a revisión la estructura.
Una treintena de miembros de Protección Civil, que presta apoyo en los desastres, y bomberos, armados con cascos, linternas, sogas y escaleras, acudieron el miércoles a la “Torre de David” para realizar una segunda evaluación de las estructuras del edificio y hacer las recomendaciones a las autoridades.
El viceministro de gestión de riesgo y director nacional de Protección Civil, general Randy Rodríguez, dijo a la prensa que la estructura sufrió un desplazamiento de “unos centímetros” durante el sismo del martes, pero sostuvo que de acuerdo con la primera evaluación la edificación no presenta “riesgo de caída”.
El futuro de la edificación dependerá de las evaluaciones de los especialistas, precisó el oficial.
Por unos años, la Torre de David fue tomada por unos invasores que en 2015 fueron desalojados por las autoridades.
Al ser consultado sobre el sismo y la réplica, Rodríguez dijo que hasta el momento no se han reportado lesionados ni daños en infraestructuras.
Edwin Rojas, gobernador del estado oriental de Sucre donde se registró el epicentro del sismo del martes, dijo a la televisora estatal que en esa entidad se reportaron afectaciones en 47 viviendas y dos puentes que comunican las remotas poblaciones orientales de Güiria y Carúpano.