Cientos de venezolanos iniciaron la madrugada de este viernes 24 de agosto, desde varios puntos de la ciudad ecuatoriana de Tulcán, en la frontera con Colombia, el largo viaje hacia Perú en una treintena de autobuses fletados por el Gobierno, antes de que entre en vigor el requisito de pasaporte para el ingreso al país vecino.
La Agencia Efe constató la concentración de al menos medio millar de emigrantes en la terminal de Rumichaca que han podido pasar desde Colombia sin pasaporte gracias a un exención no confirmada en el requisito de presentar ese documento para acceder al país, exigencia que en Ecuador rige desde el pasado sábado.
A eso de las siete de la noche las autoridades colombianas comenzaron a emitir nuevamente el «visado andino«, que no exige el pasaporte, y media hora después los emigrantes recibían del lado ecuatoriano el reconocimiento a esa visa y pudieron cruzar, según lo confirmaron algunos de ellos.
Jesús Mendoza, de Monaga y quien viajaba con un amigo de la infancia, dijo que él no tenía pasaporte y que le dejaron entrar con la visa andina.
«Tengo la carta andina y mi esperanza es llegar antes del 25 para entrar al país y trabajar legalmente», subrayó este emigrante, que ha dejado a su esposa e hijo en Venezuela.
Hasta ahora los venezolanos cruzaban las fronteras de ambos países solo con la carta andina, pero el requisito del pasaporte ha dejado a muchos varados, a uno y otro lado, porque no tienen la posibilidad de regresar a Venezuela por ese documento.
Entre los emigrantes, algunos de los cuales se encontraban en la terminal desde la mañana, circuló desde última hora de la tarde de jueves la información acerca de la llegada de los 32 autobuses.
En un principio se pensó que se trataba del mismo corredor abierto el miércoles por la Prefectura de Pichincha, pero se ha confirmado que los autobuses, pertenecientes a varias cooperativas, fueron fletados por el Ministerio de Inclusión Social, y que la Secretaría de Riesgos ha aportado la alimentación para el viaje.
A lo largo de la noche, los emigrantes que iban llegando fueron clasificados en carpas por grado de vulnerabilidad, con el fin de dar prioridad a los de mayor edad, mujeres con niños, familias, etc.
«Nos están dando brazaletes, nos dicen que nos van a sellar acá la carta andina y nos van a llevar. Dicen que tienen que estar antes de las 6 de la mañana en Perú porque hasta mañana nos van a dejar pasar», declaró Alejandra Rivero, sin saber que es imposible llegar hasta esa hora.
Los dos pasos fronterizos están separados por una distancia de más de 800 kilómetros, y para recorrerla se requieren más de quince horas, por lo que llegarán a eso de las 6 de la tarde de hoy viernes.
A Rivero, que viaja solo con su esposo, le han colocado un brazalete azul, que identificaba a jóvenes y adultos que viajaban sin familia.
Los de brazalete rojo, en otras tres carpas de unas 50 personas cada una, eran familias con niños.
La primera en subir a los autobuses de la cooperativa Amaguaña fue una profesora de 28 años, Keyttielys Quintana, de Apure, quien viajaba con su sobrino César, que hoy cumple trece años.
Los primeros vehículos partieron de Rumichaca con entre 30 y 40 pasajeros, pero iban a parar en otros centros de concentración de venezolanos en la ciudad para recoger a otros emigrantes.
Está previsto que los autobuses paren también en el Parque Ayora, el Parque Central, y en Coliseo, según fuentes policiales que pidieron no ser identificadas.
El proceso de abordaje de autobuses se realizaba con lentitud por la necesidad de acomodar pesados equipajes y coordinar las cartillas de vacunación de los menores de edad con los servicios de salud ecuatorianos.
En otros casos se ve retrasada porque los niños están ya durmiendo y deben ser cargados en brazos por sus padres.
«Quería ver llegar al bus, pero se durmió como piedra», dijo una venezolana antes de subir los escalones que la llevarán hasta el paso de Huaquillas.
Redacción CiudadColorada con información de El Telágrafo