Como enfermero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Jhony Guependo evitó que un compañero que pisó una mina terrestre muriera desangrado. También cosió las heridas de los combatientes de la guerrilla que se hirieron con machetes mientras construían los campamentos en lo profundo de la selva colombiana.
Sin embargo, Guependo, de 25 años, dijo que nunca ha tenido ninguna capacitación médica formal. El exrebelde ahora tratará de arreglar eso y de construir una nueva vida al estudiar medicina en Cuba.
“Siempre fui bueno para curar a la gente”, manifestó Guependo unas horas antes de salir hacia La Habana en su primer vuelo internacional. “Ahora quiero ser médico para ayudar a los más vulnerables”.
Doscientos jóvenes colombianos viajarán este año a Cuba en busca de un título en medicina, incluidos 22 exrebeldes de las FARC, como parte de un programa de becas financiado por el gobierno de la isla. El primer grupo de beneficiarios partió de Colombia en un vuelo con destino a Cuba el martes.
Esto ocurre mientras Colombia trata de encontrar nuevos trabajos para los excombatientes de las FARC, quienes en muchos casos no tienen estudios oficiales y han pasado gran parte de su vida en los campamentos de la guerrilla.
“La transición es algo duro”, dijo Guependo, quien se unió a la guerrilla hace 10 años, cuando tenía 15. “Pero les diría a mis compañeros que sigamos con el proceso de paz, la guerra ya no nos va a dar ninguna solución”.
Más de 6.000 rebeldes depusieron las armas luego de que el gobierno de Colombia y las FARC firmaron un acuerdo de paz que incluye reducción de penas para los líderes de la guerrilla y una representación garantizada en el Congreso del país.
Pero encontrar empleo para los excombatientes ha sido un desafío, y se ha reportado que en algunas partes del país los exrebeldes han abandonado los campamentos de transición para unirse a organizaciones delictivas.
Los participantes del programa de becas médicas del gobierno cubano han dicho que les gustaría regresar a Colombia tras completar sus estudios y trabajar en comunidades lejanas donde hay pocos médicos.
También se ofrecieron becas a docenas de jóvenes que viven en zonas lejanas del país y que no eran combatientes de las FARC, pero cuyas familias no tienen el dinero suficiente para estudiar en una universidad de Colombia.
“Quiero ser el primero en mi familia con un título universitario”, dijo Johan Arenas, de 19 años, de la provincia sureña de Meta, quien fue admitido en el programa.
Arenas dijo que su familia se vio obligada a huir de su tierra natal a principios del siglo a causa de la lucha entre las guerrillas y los grupos paramilitares. Sin embargo, manifestó que no tiene problemas en tener como compañeros a excombatientes debido a que “el resentimiento no va con el tema de la paz”.
Para Guependo, el exenfermero de las FARC, esta es la primera vez que sale de Colombia.
“Será triste dejar a todos”, expresó. “Pero hay que sacrificarse para ser alguien en la vida y para tener un futuro por delante”.