El vicepresidente constitucional de Ecuador, Jorge Glas, mantiene hasta la fecha 16 días en huelga de hambre en rechazo al arbitrario traslado desde la cárcel N° 4 de Quito, hasta el centro de detención en la ciudad centroandina de Latacunga (situada a 110 kilómetros de la capital).
El preso político está detenido desde el 2 de octubre de 2017 sentenciado por la justicia ecuatoriana por presuntamente liderar una red de corrupción vinculada a sobornos de la empresa brasileña Odebrecht.
Su defensa sostiene que la Fiscalía y el sistema judicial no ha podido presentar pruebas que confirmen esa imputación, por lo que su detención responde a una persecución por no compartir el giro a la derecha del presidente Lenín Moreno.
Rosa Mireya Cárdenas, parlamentaria andina, visitó el fin de semana a Jorge Glas en la cárcel de Latacunga donde fue trasladado sin las condiciones mínimas que su delicado estado de salud requiere.
Mireya Cárdenas lo encontró dispuesto a mantenerse en huelga de hambre, única medida a su alcance para hacerse escuchar a nivel nacional e internacional hasta que se haga justicia con su causa.
Una vez que Jorge Glas inició la huelga de hambre, no ha probado alimento alguno y ha permanecido en su celda. Por recomendación médica, está tomando agua desde el día ocho. Es falsa la información que ha circulado en la que se afirma que ha consumido alimentos.
En el día once de la huelga de hambre, Jorge Glas ha experimentado calambres y mareos, por lo que el médico de la prisión le administró un suero para mantenerlo hidratado con el fin de evitar el deterioro de su salud.
Jorge Glas está siendo atendido por el médico de la cárcel, pero dada la delicada situación de su estado, se informó que un equipo del Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social “Carlos Andrade Marín”, irá a visitarlo.
La parlamentaria Cárdenas señaló que al vicepresidente constitucional Glas se le ha permitido salir a caminar, apenas una hora al día, debiendo permanecer en su celda durante las veintitrés horas restantes, medida que califica como contraria al respeto de los Derechos Humanos de una persona privada de su libertad.
Además añadió que, efectivamente, las condiciones de hacinamiento en la cárcel de Latacunga, son propicias para el contagio de cualquier enfermedad, dada la situación en que se encuentra la salud de Jorge Glas que es precaria y requiere de cuidados especiales y permanentes.
La constatación de la parlamentaria andina contradice lo afirmado por el vocero presidencial, Santiago Cuesta, quien en una entrevista radial afirmó que el vicepresidente constitucional tiene un trato especial y diferenciado en el centro de detención.
Con información de elestado.net