El escritor estadounidense Stan Lee, murió este lunes a los 95 años en su casa de Los Ángeles, le dio a sus personajes poderes extraordinarios y dolores de cabeza cotidianos, una fórmula que revolucionó los cómics.
El increíble Hulk, Iron Man, Daredevil y Los 4 Fantásticos brotaron de su fértil imaginación y quedaron impresos en las páginas de millones de revistas.
Pero aunque su carrera comenzó con lápiz y papel, creció y evolucionó a mucho más.
Desde novelas gráficas digitales a exitosas películas de Hollywood, Lee está detrás de la conversión de Marvel Cómics de una pequeña división de una editorial a una gran corporación multimedia.
Comienzos
Nacido en 1922 de inmigrantes judíos de clase trabajadora de Rumania, Stan Lieberman consiguió un trabajo en Timely Publications, que eventualmente se convertiría en Marvel Comics, una compañía que era propiedad de un familiar.
Fue asignado a la división de cómics y, gracias al alcance de su imaginación, llegó a ser editor a los 18 años.
Durante más de 20 años, creó historias de todo tipo para saciar el apetito de sus lectores juveniles.
Los personajes eran todos buenos o malos, sin sombras de gris.
Pero Lieberman estaba muy avergonzado por gran parte de lo que estaba escribiendo por lo que se negó a poner su nombre real en la firma.
Tomó el apodo de Stan Lee que más tarde adoptó legalmente.
Cambio en la industria
Cuando tenía 40 años, Lee decidió que era demasiado viejo para los cómics.
Su esposa, de origen británico, Joan, sugirió que no tenía nada que perder y que debería escribir el tipo de personajes que realmente quería crear.
Después de que un rival creador de comics lanzó un superequipo compuesto por Batman, Superman y Wonder Woman, Timely necesitaba responder.
Entonces, Stan Lee, en 1961, creó Los 4 Fantásticos, un equipo de astronautas que obtuvieron superpoderes después de ser bombardeados con rayos cósmicos.
Ese producto cambió la vida de Lee y la industria de los cómics para siempre.
Lee le dio a cada personaje problemas individuales y cotidianos de la adolescencia, como la caspa, las uñas encarnadas y el acné. Frecuentemente se peleaban con sus padres y entre ellos.
Y las cartas de los fanáticos empezaron a llegar.
Sin saberlo de inmediato, Lee había marcado el comienzo de la edad de oro de los cómics, y su imaginación se reavivó.
Héroes con problemas
El universo Marvel engendró entonces el nuevo título de Marvel Comics.
Y poco después, tras un mordisco de una araña irradiada, el nerd Peter Parker se transformó en alguien que podía arrastrarse por los rascacielos de Nueva York.
Así nació el Hombre Araña, quien se convertiría en un icono de la cultura popular moderna.
El Hombre Araña tenía poderes bastante extraordinarios, pero tenía conflictos en el trabajo, en casa y de pareja.
Por fin, el adolescente ya no era solo el compañero, sino el héroe principal. Y el héroe ya no era solo musculoso, también tenía cerebro.
«Solo porque es un héroe y tiene superpoderes no significa que no tenga problemas», dijo Lee en una entrevista con la BBC en 2005.
El increíble Hulk, Thor, Iron Man y el resto lidiaron con problemas como el abuso de drogas, el fanatismo y la desigualdad social.
Radicalmente, Lee le dio a los artistas responsables de los diseños de cómics créditos por su trabajo. Jack Kirby, Frank Miller, John Romita y otros lograron el estatus de culto por derecho propio.
Otros superhéroes abrieron nuevos caminos de otras maneras.
Daredevil era ciego, Black Panther era negro y Silver Surfer reflexionaba sobre el estado de la humanidad. Hace algunos años, el héroe de Marvel, Northstar, confesó su homosexualidad.
En su apogeo, Marvel vendía 50 millones de copias al año.
Hasta que se retiró de la edición en 1971, Stan Lee escribió las portadas de Marvel.
Problemas y más éxitos
En 1999, creó Stan Lee Media cuyo objetivo era publicar tiras cómicas en internet, pero salió mal. Lee fue a la quiebra y su socio de negocios fue a la cárcel por fraude.
En 2001, sin embargo, comenzó una nueva compañía, POW! (Purveyors of Wonder) Entertainment, que desarrolló películas y programas de televisión.
Sus creaciones de más de 50 años siguen siendo tan vigentes como siempre, con X-Men, Los 4 Fantásticos, Hulk, Daredevil, Iron Man y Los Vengadores como éxitos recientes en Hollywood.
El Hombre Araña fue un gran éxito de taquilla, ya que el original de 2002 y su secuela de 2004 recaudaron en taquilla casi US$1.600 millones, y eso sin contar las ventas de DVD y otros productos.
Más recientemente, las tres películas de Capitán América, protagonizadas por Chris Evans, se llevaron US$2.240 millones en la taquilla mundial.
Iron Man, con Robert Downey Jr. generó US$2.400 millones. El atractivo de Marvel fue inequívoco.
Y a los fanáticos también les encantó ver las breves apariciones de Lee en casi todas las películas de Marvel.
Lee también tuvo éxito con las novelas gráficas.
En 2012 coescribió «Romeo y Julieta: la guerra», que llegó a la lista de libros más vendidos de The New York Times y lanzó un canal de YouTube, «Mundo de héroes de Stan Lee».
Presentó su novela gráfica digital God Woke en la Comic-Con 2016.
La versión impresa ganó el premio de voz independiente de los Independent Publisher Book Awards de 2017.
En los últimos años se lamentó por su visión deteriorada, lo que significaba que ya no podía leer los mismos cómics con el que hizo su nombre.
Le dijo a Radio Times en 2016: «Extrañó leer al 100%».
Y también habló sobre lo que consideraba el mayor superpoder: la suerte.
«Cada vez que voy a una convención de cómics, al menos un fan me pregunta: ‘¿Cuál es el mayor superpoder de todos?’ Siempre digo que es la suerte, porque si tienes buena suerte, todo se cumple».