Un nuevo estudio a cargo del Instituto del Cerebro de Krembil (Canadá) concluye que el café, además de aportarnos energía y concentración, nos proteje contra el alzhéimer y el párkinson, informa Science Daily.
Con el objetivo de estudiar qué compuestos de la bebida disminuyen el deterioro cognitivo relacionado con las enfermedades, y cómo lo hacen, los científicos investigaron tres tipos de café: tostado claro, tostado oscuro y tostado oscuro descafeinado.
Los experimentos iniciales pusieron de relieve que tanto el tostado oscuro con cafeína como el tostado oscuro descafeinado tenían un idéntico efecto protector, por lo que los investigadores concluyeron que dicho beneficio no se debía a la cafeína.
A continuación el equipo identificó un grupo de compuestos conocidos como fenilindanos, resultantes del proceso de tostado de los granos de café.
El estudio demostró que los fenilindanos son elementos únicos capaces de impedir la agrupación de dos proteínas comunes en el alzhéimer y párkinson, las beta-amiloides y las proteínas tau.
Dado que un mayor tostado se traduce en mayor cantidad de fenilindanos, el café tostado oscuro parece tener un efecto protector mayor que el café de tostado claro.
«Es la primera vez que alguien investiga cómo los fenilindanos interactúan con las proteínas responsables del alzhéimer y el párkinson», comentó uno de los coautores del estudio, Ross Mancini.
«El siguiente paso sería investigar hasta qué punto son beneficiosos estos compuestos y si tienen la capacidad de llegar al torrente sanguíneo o cruzar la barrera hematoencefálica», destacó.