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Atardece en el Malecón Simón Bolívar y un grupo de turistas ecuatorianos, mexicanos y puertorriqueños se embarcan en una lancha de la operadora Cacique Tumbalá para navegar en el río Guayas.


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Atardece en el Malecón Simón Bolívar y un grupo de turistas ecuatorianos, mexicanos y puertorriqueños se embarcan en una lancha de la operadora Cacique Tumbalá para navegar en el río Guayas.

La pequeña nave zarpa del muelle y lo primero que explica el guía es por qué se llama Guayas este caudaloso río. “Es el nombre de la provincia. Ecuador está dividido en 24 provincias como México que tiene estados o Puerto Rico que es parte de los Estados Unidos”.

Después de este dato geográfico continúa con historia. La lancha se aproxima al cerro Santa Ana, lugar donde el capitán español Francisco de Orellana fundó la ciudad en 1548.

El guía describe a los turistas que el cerro tuvo una evolución con el paso de los años hasta finalmente convertirse en un destino turístico tras la regeneración urbana en el 2002.

Allí también está el barrio Las Peñas, el más antiguo de la ciudad, y a un costado se observa la rueda moscovita La Perla, llamada así en honor a Guayaquil, conocida como La Perla del Pacífico. Algunos de los turistas aprovechan para tomar fotos y ‘selfies’ con sus celulares.

Más adelante, en este recorrido en el río Guayas que dura alrededor de una hora y media, nos relata por qué Las Peñas lleva este nombre. “Es una palabra que se deriva de peñasco, los peñascos son piedras grandes, su calle Numa Pompilio Llona es un camino empedrado típico del siglo 20. Muchos personajes vivieron allí como el ‘Che’ Guevara, la educadora Rita Lecumberri, entre otros”.

La embarcación avanza hacia la parte más moderna de Guayaquil, que es Puerto Santa y Ciudad del Río, aquí destaca The Point, el edificio más alto del Ecuador con 137 metros de altura y 36 pisos.

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Para finalmente regresar y pasar por el Hemiciclo de la Rotonda donde se encuentra el monumento a Simón Bolívar y San Martín, el Municipio de Guayaquil, la Torre Morisca, las dos naves que conforman el Mercado del Río y pasar por el monumento a José Joaquín de Olmedo, el Palacio de Cristal y finalmente observar la antigua zona de los astilleros.

Para los turistas Aldo Isaac Ramírez y Maribel Maldonado, de Monterrey, Nuevo León en México, navegar en el río Guayas fue una experiencia “muy padre”, en especial porque el guía les explicó sobre la historia y la cultura de los lugares que recorrieron, “estamos enamorados de la ciudad”, expresó emocionada Maribel.

Es el momento de regresar a tierra. Son las siete de la noche y Karla Villamar, operadora turística de Make Ecuador, decide innovar su recorrido e incluir el Mercado del Río.

Antes, según Villamar, dentro del paquete turístico de ‘Guayaquil by night on the river’ se llevaba a cenar a los turistas, en su mayoría extranjeros, a La Canoa, Puerto Santa Ana o al restaurante Lo Nuestro.

Pero al inaugurarse el Mercado del Río, en octubre pasado, rápidamente hizo los contactos para invitar a su amigo Marcio Salvador y experimentar con él cómo sería llevar a un grupo de turistas a este mercado.

Las Primas, un local de comida manabita, fue el primer lugar que visitaron. Allí pidieron un colonche de camarón y una hayaca de arroz. Ambos platos no son muy conocidos en Guayaquil, con excepción de los manabitas afincados en la ciudad, se trata en realidad de nuevas versiones gastronómicas.

Las primas Judith Orlando y Marianela Orlando son las administradoras de este local cuya comida manabita proviene de Jipijapa, en el sur de Manabí, y de Bahía de Caráquez, San Vicente y Pedernales, en el norte de la provincia. Para Marianela compartir en Guayaquil la gastronomía de sus abuelas ha sido una experiencia maravillosa.

“Nos ha encantado cómo los turistas, la gente de Guayaquil ha querido venir a conocer nuevas historias, nuevos platos, sabores y tener la oportunidad de brindárselos, esto ha sido una gran oportunidad”.

Aunque ambas emigraron a Guayaquil hace 15 años desde Jipijapa quieren recordar el trato personalizado que se ha perdido con la tecnología. “Vas a un restaurante y no conoces al chef, a la persona que cocina, al dueño, pero estando aquí tan expuestos, es una comunicación realmente increíble”.

Algunas de sus preparaciones son la hayaca de arroz y la carne mechada con patacones y salsa de maní. Sus precios van desde $ 2,50 hasta $ 7, que es el valor del Colonche marinero, un plato a base de patacón con salsa de maní y varios mariscos.

Quienes se decidieron por la gastronomía manabita fueron los novios Andrea Mora y Keny León, pero de la Casa Manaba. La pareja ordenó un corviche 3.0 (un plato que crearon en honor a Guayaquil) y una empanada de verde. “No me arrepiento para nada de haber venido, todavía nos falta recorrer la otra nave, la decoración está superbonita”.

 








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