Francia y Japón confirmaron el jueves su apoyo a la alianza Renault–Nissan, después de que el consejo de administración del gigante automovilístico japonés aprobara el cese de su emblemático presidente Carlos Ghosn, detenido en Tokio por presuntas malversaciones.
Los ministros de economía francés y japonés Bruno le Maire y Hiroshige Seko confirmaron su apoyo «a la alianza formada entre Renault y Nissan y su deseo compartido de mantener esta cooperación ganadora», dijeron en un comunicado conjunto publicado tras un encuentro en París.
La dirección de Nissan anunció que la cooperación con su socio francés Renault «permanece intacta», tras la reunión extraordinaria que duró más de 4 horas en Yokohama, a las afueras de la capital japonesa.
El consejo de administración de Nissan, en el que figuran dos representantes de Renault, decidieron por unanimidad que las sospechas contra Carlos Ghosn, responsable de la unión franco-japonesa, eran suficientes para destituirlo de su puesto.
Nissan justificó en un comunicado esta decisión radical por «los graves hechos confirmados», haciendo mención a «una minimización de sus ingresos durante un largo periodo en los informes financieros, una utilización fraudulenta con fines personales de fondos de inversión y de notas de gastos».
Esta decisión pone fin a cerca de 20 años a la cabeza de Nissan, la mayoría como presidente-director general y después en la presidencia del consejo.
Ghosn se arriesga a la misma pena en Mitsubishi Motors, empresa que se unió a la alianza en 2016. El consejo de administración se reunirá el lunes, según un portavoz de la compañía, aunque el empresario sigue siendo presidente-director general de Renault «temporalmente impedido».
La vida de Carlos Ghosn, que unió a las tres grandes firmas para crear el número uno mundial del automóvil, dio un giro brusco cuando su avión aterrizó el lunes en Japón y fue arrestado. Desde entonces, Ghosn ha guardado silencio y permanece preso en un centro de detención de Tokio.
– «Falta grave» –
Hiroto Saikawa, director ejecutivo del fabricante japonés, pidió públicamente esta revocación el lunes, durante una conferencia de prensa contra Carlos Ghosn, su exmentor.
Oficialmente, el franco-libano-brasileño está acusado, junto con unos cómplices, de haber «minimizado su retribución en cinco ocasiones en los informes emitidos entre junio de 2011 y junio de 2015», al declarar al fisco unos ingresos de 4.900 millones de yenes (unos 37 millones de euros) en vez de cerca de 10.000 millones de yenes.
«Este tipo de declaraciones falsas constituyen una de las faltas más graves en relación a la legislación impuesta a las empresas que cotizan», declaró el jueves a la prensa Shin Kukimoto, fiscal adjunto de Tokio.
Las noticias sobre los delitos de los que sería culpable el magnate de 64 años copan los medios japoneses.
Las sospechas contra él provienen de una investigación interna dirigida por Nissan durante los últimos meses.
El miércoles, el tribunal de Tokio decidió prolongar diez días su detención para continuar con la investigación, aunque el arresto podría alargarse todavía más, según las reglas del sistema judicial japonés.
El empresario ha recibido las visitas del embajador de Francia y del cónsul de Brasil, que lo encontraron «en buena forma».
El grupo Nissan, como persona jurídica, puede ser también procesado en teoría, precisó el representante de la fiscalía.
– ¿Una fusión? –
En Renault, de momento, prevalece la prudencia. El consejo de administración pidió a Nissan que «le transmita el conjunto de las informaciones que tenga en el marco de las investigaciones internas de las que sea objeto Ghosn».
El caso hace tambalear la alianza como nunca antes desde su creación en 1999. El gobierno francés intenta mostrarse tranquilizador sobre el futuro de Renault, de la que posee el 15%.
La prensa local se ha hecho eco de declaraciones anónimas de responsables de Nissan que afirman que el grupo quiere revisar la estructura de la alianza, «una condición necesaria para que ésta continúe», según uno de ellos.
El objetivo sería modificar las participaciones cruzadas: Renault detenta el 43% de Nissan, pero el japonés, que supera a su aliado en volumen de negocio, no posee de éste más que el 15%, una situación que provoca malestar en el archipiélago desde hace tiempo.
Según el diario económico Nikkei, que cita a un directivo de Nissan, Ghosn pretendía integrar los dos grupos y «era posible que en primavera estuviera listo un plan concreto».