No más de un cuarto de hora tardó la Asamblea Nacional en despachar a la vicepresidenta de la República, el tiempo suficiente para leer el texto de su renuncia (que ostensiblemente desatendieron todos), mocionar su aceptación y contar los votos.


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No más de un cuarto de hora tardó la Asamblea Nacional en despachar a la vicepresidenta de la República, el tiempo suficiente para leer el texto de su renuncia (que ostensiblemente desatendieron todos), mocionar su aceptación y contar los votos.

El proponente de la moción, Eliseo Azuero (BIN), pidió una votación sumaria “en homenaje a Quito, que está de fiesta”. Y así se hizo: 94 a favor de 94 inscritos para votar.

Unanimidad engañosa: 27 correístas estuvieron presentes en la sala pero no se inscribieron y constan, en el cómputo oficial, como ausentes. Simbólico gesto de protesta que el bloque aplicó a lo largo de toda la jornada.

Había llegado Ronny Aleaga cargado con un fajo de cartelitos que repartió entre los suyos: “Jorge Glas Espinel, vicepresidente constitucional de la República electo por el pueblo. #PresoPolítico de este gobierno”.

Los correístas emplazaron la proclama en lo más alto de sus escaños, marcando el territorio de su planeta aparte, un planeta donde Jorge Glas todavía es vicepresidente y no hay renuncia que aceptar a nadie.

Los correístas, es cierto, fueron excluidos ayer desde el principio. Cuando la ministra de Gobierno, María Paula Romo, llegó con el propósito de entregar oficialmente la terna para la vicepresidencia y reunirse con los jefes de bloque, la bancada de la Revolución Ciudadana no fue invitada al encuentro.

Al menos así dijo su coordinador, Cristóbal Lloret. Romo permaneció en la sede legislativa desde las diez y cuarto hasta las doce. Su presencia demoró la sesión en más de una hora. Sin embargo, nada se supo sobre las conversaciones.

En el salón del Pleno, los correístas se atiborraban de cartelitos y los de CREO gritaban Viva Quito, aplaudían como en los cines de barrio cuando la proyección se retrasa y reían con los bramidos de foca lanzados por Washington Paredes, que aprendió a imitar al bicho cuando era guía turístico en su nativa provincia de Galápagos.

La presidenta Elizabeth Cabezas se dio tiempo para ofrecer una olvidable rueda de prensa con el fin de contar al mundo que acababa de volver de Washington, donde cumplió una agenda “muy importante” en un encuentro internacional “de mujeres líderes”.

Un encuentro que no se había oído nombrar en este recinto y del que no volverá a hablarse. Luego dijo lo que ya todo el mundo sabía: que María Paula Romo había venido a entregar la terna. Que la Asamblea tiene 15 días para elegir un nombre. Que con seguridad lo hará mucho antes.

Al inicio de la sesión hubo dos propuestas de debate relacionadas con la corrupción, lanzadas por CREO. Una fue aprobada y quedó para tratarse en fecha próxima: la propuesta de Fernando Callejas de exhortar al presidente para que conforme un comité anticorrupción con la participación de Naciones Unidas.

La otra, de Byron Suquilanda, no contó con el apoyo de los oficialistas y fue rechazada: instituir el 13 de diciembre, fecha en que Jorge Glas cayó en desgracia, como el día nacional de la lucha contra la corrupción. En ambas los correístas se declararon ausentes.

 


Con información de expreso.ec







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