Provisto de unos carteles de protesta, sale todos los días Jorge Ronald Quiñónez a la avenida 9 de Octubre, la principal arteria vial de Guayaquil, para reclamar por la desatención del gobierno de Lenín Moreno con las personas de la tercera edad.
Sentado en una banqueta, a la altura de la calle Boyacá, el hombre, de 75 años de edad, deplora las promesas incumplidas del mandatario, entre ellas el plan Mis Últimos Años, del cual dice es una mentira.
Conocido en sectores populares de la urbe porteña como el señor Miyagi por su parecido al personaje del filme Karate Kid, don Quiñónez exhibe los carteles confeccionados por él en los que rechaza la que considera la política neoliberal de Moreno.
«Esta protesta pacífica no la hago por mí, sino por todos los viejitos abandonados que veo en las calles», expresa mientras corren lágrimas por sus mejillas.
Dice que llora de la impotencia por no tener un trabajo para poder ayudar a los viajecitos abandonados que pululan a diario por el centro de Guayaquil.
Don ‘Miyagi’ espera que su «lucha» no sea en vano y el mandatario revea su forma de gobernar que -según cuestiona- es a favor de los grupos de poder económico.
Mientras expresa su indignación por la situación económica y social en la que se encuentra el país, algunos transeúntes se le acercan para expresarle su solidaridad.
«Es justa la protesta del señor. No hay trabajo y cada vez más desempleo. El presidente solo se dedica a perseguir a sus excompañeros en vez de ponerse a trabajar», manifiesta una mujer que se acercó a Quiñónez para darle su apoyo.
«Voy a permanecer firme, no tengo miedo y si me tengo que ir a la cárcel por expresarme pues me iré», sentencia Quiñónez, quien asegura que permanecerá hasta las 18:00 como todos los días.
