La inflación se desaceleró en noviembre 3,2% respecto al mes anterior en Argentina por la combinación de recesión, calma en el mercado cambiario y leves ajustes en tarifas de servicios públicos.
El dato fue difundido este jueves por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), según el cual la inflación acumulada en el año alcanza 43,9%.
Sin embargo, esta aparente tregua en la suba del costo de vida contrasta con la difusión el mismo día de informe sobre pobreza en el tercer trimestre de 2018 del Observatorio de la Deuda Social Argentina, dependiente de la Universidad Católica Argentina.
El estudio privado indicó que 25,6% de los hogares y un 33,6% de las personas se encontraban bajo la línea de la pobreza en ese período. Es el mayor porcentaje desde 2010, cuando se inició el análisis.
La inflación de noviembre se ubicó por debajo de los dos meses anteriores (6,5% en septiembre y 5,4% en octubre).
“Con un mercado cambiario tranquilo, sin grandes aumentos en regulados y una recesión en marcha, los precios encontraron un mínimo dique de contención”, según el reporte económico mensual de la consultora Management & Fit.
La desaceleración de la inflación no evitará sin embargo que 2018 “finalizará con la inflación más alta desde la salida de la hiper-inflación” a principio de la década de 1990, agregó la consultora.
Los economistas privados vaticinan que la inflación superará el 48% este año.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina, cuyos relevamientos sobre pobreza gozan de gran prestigio y suelen tomarse como parámetro para cotejar las cifras oficiales, indicó que este año “cerca de la mitad de los hogares declararon que sus ingresos no fueron suficientes para cubrir sus gastos”.
La combinación de devaluación, inflación y recesión repercutió en un aumento de la pobreza respecto al 28,2 del tercer trimestre de 2017.
Se estima que 4,2% de los hogares y 6,1% de las personas eran indigentes, “los valores relativamente más altos desde 2010 a la fecha”, aseguró la Universidad Católica.
El dato más preocupante, según el estudio, es “la persistente infantilización” de la pobreza en la Argentina. En el tercer trimestre de 2018, se estima que 46,3% de los niños y adolescentes viven en hogares pobres.
La muestra se realizó en aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más de todo el país, con un error muestral de +/- 1,3 por ciento.
El índice oficial sobre pobreza se difunde cada seis meses. En marzo se conocerán los resultados del segundo semestre de 2018. El propio presidente Mauricio Macri reconoció que la cifra será elevada por el impacto de la crisis económica.