Varios miles de manifestantes marcharon pacíficamente a través de Budapest por cuarto día en oposición a leyes sancionadas por el gobierno húngaro que según sus detractores atentan contra los derechos de los trabajadores.
Los manifestantes corearon consignas contra el gobierno y soportaron temperaturas gélidas frente al parlamento. Los oradores denunciaron las enmiendas al código laboral aprobadas por los legisladores el miércoles.
Las manifestaciones han atraído a participantes de diversos sectores del espectro político, incluso miembros de Jobbik, un movimiento de extrema derecha que trata de presentarse como un partido “popular”.