Un tren especial en el que se cree que viajaba Kim Jong Un partió de Beijing el miércoles tras una visita de dos días del líder de Corea del Norte a la capital de China.
Aunque no se dejó ver, se cree que Kim iba a bordo del largo tren que cruzó las vías elevadas sobre una transitada calle de Beijing en dirección este, donde está la frontera con el Norte.
El viaje de Kim a China el cuarto en los 10 últimos meses podría ser un esfuerzo para coordinarse con su único aliado de peso antes de una posible segunda cumbre con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y se produce luego de un supuesto encuentro entre funcionarios estadounidenses y norcoreanos en Vietnam para estudiar la ubicación de la próxima reunión.
Los detalles de la visita no se han revelado, pero Kim se habría reunido con el presidente chino, Xi Jinping.
Antes el miércoles, la caravana de Kim se dirigió a un destino no anunciado y regresó alrededor de una hora después.
De acuerdo con la agencia surcoreana de noticias Yonhap, Kim visitó una zona de desarrollo tecnológico y pasó entre 20 y 30 minutos recorriendo una fábrica del popular fabricante de medicina tradicional china Tong Ren Tang.
Medios estatales norcoreanos y chinos anunciaron la visita de Kim poco antes de su llegada a Beijing, rompiendo el protocolo estándar que dicta que este tipo de viajes solo se confirman tras su finalización. Sin embargo, ninguno de los dos países proporcionó detalles sobre la agenda del mandatario norcoreano tras llegar a bordo de su tren blindado personal el martes por la mañana.
Kim se reunió con Xi por espacio de casi una hora el martes y más tarde asistió a una cena en el Gran Salón del Pueblo, en el centro de Beijing, ofrecida por el presidente y su esposa, Peng Liyuan, según la agencia Yonhap. Kim estuvo acompañado por su esposa, Ri Sol Ju, agregó el reporte.
En la conferencia de prensa diaria del Ministerio de Exteriores, su vocero Lu Kang, dijo el martes que los detalles sobre el viaje del dirigente norcoreano se relevarían “a su debido tiempo” y reiteró que Beijing sigue respaldando los esfuerzos para poner fin a las tensiones por la demanda de Washington a Pyongyang para que abandone su programa nuclear y de misiles.
La visita se produjo luego de que, en su discurso de Año Nuevo, Kim expresó su frustración por la falta de avances en las negociaciones con Estados Unidos luego de la cumbre con Trump del pasado junio en Singapur.
Añadiendo que si las cosas no mejoran es decir, si no se alivian las sanciones y se ofrecen garantías de seguridad Pyongyang podría tener que encontrar “una nuevo camino” hacia adelante.
Pese a que Trump dijo que considera que Xi es clave para incitar a Kim a dar pasos concretos hacia la desnuclearización, la relación entre el dirigente estadounidense y su homólogo chino se ha desgastado por la guerra comercial entre las dos naciones.
Oficialmente al menos, China dice que considera que la guerra arancelaria y el programa armamentístico norcoreano son asuntos totalmente independientes.