España sigue en la cola de la UE en materia de corrupción, según el informe anual de Transparencia Internacional (TI) correspondiente a 2018.
En el ranking que elabora cada año este organismo analizando 180 países, se sitúa en el puesto 41.º del mundo, con una puntuación de 58 sobre 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI en inglés).
Estas cifras no suponen ningún cambio significativo respecto a las del año anterior. De hecho, España mejora ligeramente en puntuación pero no sube puestos en la lista (número 20), de manera que se mantiene entre los países considerados más corruptos de la Unión Europea. Por debajo solo tiene a Malta (54) e Italia (52) y países del Este como Eslovaquia (50), Rumanía (47), Grecia (45), Hungría (46) y Bulgaria (42).
Fuera de la Unión, países como Botsuana o Qatar mejoran la puntuación española. La media europea se sitúa en los 66 puntos y Dinamarca no es solo el país menos corrupto de la UE sino de todo el mundo, con una puntuación de 88.
Siete países quedan por debajo de España: Malta, Italia, Eslovaquia, Rumanía, Grecia, Hungría y Bulgaria. La media europea es de 66 puntos sobre 100
El estudio de Transparencia Internacional lanza una advertencia a nivel global. A su juicio, los esfuerzos para luchar contra la corrupción están chocando con fenómenos como el auge de los populismos y regímenes autoritarios. El resultado de esta combinación es una profunda “crisis democrática” que afecta a todos los países, sea cual sea su nivel de riqueza o de fortaleza de sus instituciones.
A su juicio, es necesaria una “agenda para luchar contra la corrupción” y un plan integral con medidas preventivas. Bacigalupo advierte que “focalizar todo en la sanción” y apostar por el Código Penal “es un error” porque “llega tarde y no resuelve el problema”.
Sin embargo, la ratio está clara: a mayor calidad democrática, menor corrupción. El estudio lo corrobora con datos: la puntuación media de las consideradas “democracias plenas” es de 75 puntos, por los 49 de las “democracias imperfectas”, los 35 de los “regímenes híbridos” y los 30 que obtienen los sistemas “autocráticos”.
El informe destaca además la fuerte caída que ha experimentado Estados Unidos de Donald Trump y Brasil de Bolsonaro, el TI los colocó en “países en observación”. En resumen ahora son países más corruptos que el año pasado.
De hecho, el informe apunta a la paradoja que se produce porque ciertos líderes –como sería el caso de Donald Trump o el propio Bolsonaro– llegan al poder gracias a un discurso anticorrupción pero después, una vez en el Gobierno, no existe ningún avance. Al contrario, suele haber retrocesos, como ha ocurrido con Trump, añade el estudio. En este sentido, subraya que un 40% de los líderes populistas están además implicados en casos de corrupción.
Ecuador se encuentra en la lista corrupción 114 de 180 países.
Redacción CiudadColorada con información de TI