La carretera Bucay-Pallatanga-Balbanera, que conecta Guayas con provincias de la Sierra central evidencian grietas, incluso dos cortes diagonales a lo ancho de la vía, posiblemente a causa de movimientos de tierra.


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A vísperas del feriado de carnaval, que marca el desplazamiento masivo de miles de ciudadanos a los distintos destinos del país, el estado de carreteras principales motiva críticas por falta de mantenimiento, pero a esto se suman factores contrarios como derrumbes a causa de lluvias, grietas por fallas geológicas o curvas pronunciadas por la geografía de sitio.

La carretera Bucay-Pallatanga-Balbanera, que conecta Guayas con provincias de la Sierra central, es de dos carriles, de hormigón rígido y una longitud de 106,6 kilómetros, de los cuales un tramo de 30 km, entre los cantones Cumandá y Pallatanga, ambos de Chimborazo, evidencian grietas, incluso dos cortes diagonales a lo ancho de la vía, posiblemente a causa de movimientos de tierra.

Al menos cinco años después de su inauguración, el mantenimiento ha sido mínimo, afirman choferes como Segundo Bonifaz, riobambeño y quien al volante de un carro tipo plataforma cumple frecuencias semanales entre Guayas y Chimborazo; similar postura tiene Néstor Barona, ambateño y chofer de un bus de la coop. Cevallos, con ruta entre Guayaquil y cantones de Tungurahua.

“Le habrán hecho una pasada tipo lengua de gato”, ironiza Bonifaz, mientras que Barona habla de vuelcos de carros a consecuencias de maniobras apuradas por esquivar baches.

El alcalde de Pallatanga, Lenín Tito, dice que el Gobierno no ha recibido la carretera de parte de la contratista porque hay un litigio en curso y lamenta la afectación a usuarios de la que describe como importante conexión para el sector turístico y comercial del país. Menciona que hay fallas geológicas que también han incidido en agrietamientos.

En el sitio Chaguarpata, pasando Cumandá, yendo a Riobamba, una mujer que se identifica como María extiende una tarrina hacia los conductores en pos de monedas que retribuyan su supuesta labor de tapar allí los huecos con tierra.

Nadie le colabora a las 11:00 del jueves 21, solo un chofer de un bus de la cooperativa Flota Pelileo le grita: ¡Que le dé el Gobierno!, frase que la mujer indígena dice que ha oído antes, en alguna jornada en la que ha recogido entre $ 6 y $ 8.

La capa de hormigón está partida en los sitios Las Rocas, Multitud, Los Santiagos, entre otros. Choferes esquivan pedazos de bloques desencajados invadiendo el carril contrario, acción de riesgo superior en momentos de intenso tránsito, o si es de noche o hay neblina.

Pasando Pallatanga, la carretera es asfaltada y hay desformaciones considerables en dos puntos antes de llegar a Trigoloma, recorriendo menos de 3 km. “Está bastante destruida, y hay una grieta que se abrió con el terremoto”, comenta Cecilia Martínez, ambateña que suele viajar a Guayaquil en el carro de la familia. Su hija Gabriela Lozada detuvo la marcha para degustar tortillas de trigo y café.

En esta arteria, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) contrató en diciembre pasado un estudio con miras a intervenir puntos críticos, según Íngrid Santillán, directora del MTOP en Chimborazo.

Incluye el puente Salsipuedes, en Pallatanga, de 100 metros de longitud, dos carriles, y unidireccional hace unos cuatro años, provisto de semáforos para definir turnos de avance.

La tarde del jueves, este Diario consultó al MTOP datos sobre el mantenimiento de la vía. La respuesta está pendiente.

En tanto que en la provincia de Esmeraldas, recién pobladores cerraron la vía Esmeraldas-San Lorenzo en demanda de mantenimiento. En Pichincha a viajeros les inquieta los derrumbes que podrían bloquear la vía Alóag-Santo Domingo, de enlace a la Costa. 

Invierno repercute en problemas viales que afectan a Azuay y otras localidades australes
Los deslizamientos afectan la vialidad de Azuay con provincias vecinas, los que motivaron la declaración de alerta de parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).

La semana pasada, unos 8.000 metros cúbicos de material bloquearon la carretera Cuenca-Girón-Pasaje. También hubo afectación en la vía Minas Tablón-Pucará, mientras que en la ruta Cuenca-Molleturo-Naranjal se dispusieron cierres programados ante cualquier novedad. La vía Gualaceo-Plan de Milagro-Limón está totalmente cerrada.

En la vía Cuenca-Girón-Pasaje, entre Azuay y El Oro, el director distrital del Azuay del MTOP, Galo Plaza, menciona que hubo un deslizamiento de “grandes proporciones por un talud inestable”. Espera estos días habilitar por lo menos un carril, pero ello dependerá de un informe técnico.

La conexión entre Cuenca y Guayaquil, a través de la ruta Molleturo-El Empalme, está habilitada, pero personal está atento ante la caída de rocas registrada en días pasados.

La alternativa del MTOP ante el cierre de la Cuenca-Girón-Pasaje es la ruta Minas-Tablón-Pucará, pero no deja de considerarse como “punto conflictivo”, según Plaza.

El alcalde de Pucará, Rogelio Reyes, contó que esta ruta hay “derrumbes constantes” por obras de mejoramiento y por supuesto por las lluvias.

Allí, el 18 de febrero estuvo bloqueado en el kilómetro 86.

La Gualaceo-Limón, que conecta Azuay con Morona Santiago, permanece cerrada ante la inestabilidad en el sector de Ingamullo 2. La ruta alterna es la Sígsig-Chigüinda-Gualaquiza o la Paute-Guarumales-Méndez.

 


Con información de El Universo







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