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Un martillo hidráulico convirtió los prototipos del preciado muro fronterizo del presidente Donald Trump en pilas de escombros el miércoles, un final rápido a un experimento que en ocasiones se convirtió en un espectáculo.


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@CiudadColorada | AP

Un martillo hidráulico convirtió los prototipos del preciado muro fronterizo del presidente Donald Trump en pilas de escombros el miércoles, un final rápido a un experimento que en ocasiones se convirtió en un espectáculo.

Los cuatro paneles de acero y los cuatro de concreto ubicados cerca de la frontera entre San Diego, California, y Tijuana, México, se convirtieron rápidamente en poderosos símbolos relacionados al presidente y una de sus máximas prioridades cuando fueron erigidos hace 16 meses.

Para los aliados de Trump, los prototipos eran muestra del compromiso del presidente con la seguridad fronteriza y del cumplimiento de una de sus promesas centrales de campaña. Para sus detractores, eran monumentos al dinero malgastado de los contribuyentes y una muestra de agresión hacia México y hacia los inmigrantes que buscan un hogar en Estados Unidos.

En cuestión de dos horas, un gran martillo hidráulico acoplado a una excavadora redujo a escombros siete prototipos. Las losas de concreto colapsaron y levantaron nubes de polvo, los paneles de acero fueron derribados y un búho salió volando de un tubo de acero que estaba sobre un panel justo antes de que cayera. Para demoler el octavo y último prototipo se necesitó un poco más tiempo.

Las autoridades estadounidenses dijeron que varios elementos de los prototipos ya fueron incorporados a los diseños actuales, por lo que ya no eran necesarios.

El acceso público a los prototipos quedó bloqueado del lado de San Diego, convirtiendo a un vecindario empobrecido de Tijuana en un popular lugar de encuentro para periodistas, manifestantes y curiosos. Algunas personas se subían a montañas de basura junto a una reja fronteriza de poca altura, que ya fue reemplazada, para poder tener una vista clara desde México.

Varios artistas exhibieron espectáculos de luces sobre los muros con mensajes como “Refugiados Bienvenidos” junto a una imagen de la Estatua de la Libertad. En otro mensaje se mostraba una silueta saltando en un trampolín con la frase: “Úselo en caso de muro”. Los manifestantes estiraron el cuello para poder ver cuando Trump recorrió los prototipos hace 11 meses.

El retiro de los prototipos allana el camino para instalar una segunda barrera de bolardos de acero de 9 metros (30 pies) de altura coronados con una placa metálica, el mismo diseño que se está utilizando en otras partes de la frontera. La nueva barrera se asemeja un poco a algunos de los prototipos de acero, pero no a los de concreto sólido, los cuales fueron criticados porque los agentes no podrían ver lo que pasa al otro lado.

Los casi 3.000 millones de dólares que aprobó el Congreso para barreras durante la primera mitad del mandato de Trump requieren que el dinero sea gastado en diseños que se presentaron antes de mayo de 2017, lo que en la práctica impide que los prototipos sean utilizados y niega a Trump el derecho de alardear que él construyó su proyecto de muro. No queda claro si la restricción aplicaría a los miles de millones de dólares que Trump quiere gastar al declarar emergencia nacional en la frontera sur del país.

Los prototipos fueron derribados la misma semana en que la cámara baja aprobó una iniciativa para bloquear la declaración de emergencia de Trump.

Los ocho prototipos, cuya construcción costó entre 300.000 y 500.000 dólares cada uno, varían en inclinación, grosor y curvas. Las normas de licitación les exigieron resistir al menos una hora de ataques con martillos hidráulicos, picos, sopletes o herramientas operadas por baterías, e imposibilitar el uso de equipo para escalar, como ganchos de agarre.

Los lineamientos también exigían que fueran “estéticamente agradables” del lado estadounidense. Uno tiene un acabado en tonos azul y blanco. Otros tienen gris, marrón o café para combinar con el desierto.

El Departamento de Seguridad Nacional destinó 20 millones de su presupuesto en febrero de 2017, un mes después de la investidura de Trump, para pagar por los prototipos y por maquetas más pequeñas construidas más lejos de la frontera, mismas que ya fueron desmanteladas. La licitación abierta generó diversas propuestas, algunas de ellas extravagantes o poco realistas. Un licitante quería un muro suficientemente grande que incluyera una plataforma para que los turistas tuvieran vistas panorámicas del desierto.

Los licitantes se enfrentaron a fuertes críticas de los opositores al muro. La arquidiócesis católica de México dijo que las compañías mexicanas que expresaron interés traicionaban a su país.

El gobierno probó de forma rigurosa los diseños y, según un sumario de la Oficina de Rendición de Cuentas, encontró que los muros de concreto enfrentaban “extensos” desafíos de construcción y que otros representaban retos “sustanciales” o “moderados”. Seis de los ocho necesitarían grandes cambios para incluir desagüe.

Un reporte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que reportó primero la televisora KPBS de San Diego, mostró que todos los prototipos podían ser vulnerados con varias técnicas diferentes. Sin embargo, la versión censurada del informe que se hizo pública no indicó cuánto tiempo tomó.

El vocero de la Patrulla Fronteriza, Ross Wilkin, señaló que las autoridades nunca afirmaron que los prototipos serían impenetrables y que simplemente querían saber cuánto tiempo tomaría superarlos.

Recurrir a la industria privada para que proporcionara nuevas ideas fue un nuevo enfoque para la edificación de barreras y brindó muchas lecciones para guiar la construcción, dijo. Las autoridades aprendieron que ciertos materiales eran inadecuados para reparaciones rápidas y que combinar diferentes superficies, como bolardos coronados con placas, era más efectivo.

Un modelo de acero con barras en forma de U podía llenarse con pedazos de madera y convertirse en una escalera, comentó Wilkin. Y agregó que los prototipos con pernos o tornillos expuestos podrían romperse con las herramientas adecuadas.

“Fueron puestos a prueba y evaluados”, dijo Wilkin. “Ya no son necesarios. Es hora de que se vayan”.

La nueva barrera reemplaza una cerca de malla de acero que se extiende más de 19 kilómetros (12 millas) desde el Océano Pacífico, que funcionó como una fortaleza cuando se construyó hace una década, pero que ahora es constantemente atravesada con sierras portátiles que hoy día son fáciles de adquirir en ferreterías. Después se extenderá otro kilómetro y medio (una milla) aproximadamente sobre el sitio del prototipo. SLSCO Ltd. de Galveston, Texas, ganó el contrato de 101 millones de dólares en diciembre y comenzó a trabajar la semana pasada.

El trabajo para reemplazar la primera capa de la barrera, también con bolardos de acero de hasta 9 metros (30 pies) de altura coronados con placas de metal, se extiende la misma longitud que la siguiente capa y está casi terminada.

Los cruces ilegales en San Diego han caído drásticamente en los últimos 25 años a medida que el gobierno ha colocado barreras y desplegado más agentes.

En el barrio de Tijuana adyacente, Guillermina Fernández brevemente convirtió su patio en un comedor para migrantes hace 15 años, y servía hasta 200 sándwiches en un solo pedido para un traficante que alimentaba a sus clientes.

Los traficantes cavaban pequeños hoyos bajo la vieja cerca para que los migrantes pudieran pasar por ahí. Las fogatas mantenían calientes a las personas que esperaban la oportunidad para cruzar sin ser detectados por los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Fernández construyó su choza con trozos de madera contrachapada sobre un terreno invadido que ella y su esposo luego compraron.

Los residentes se quejan de que los foráneos dejan basura en sus vialidades de terracería sin alumbrado público. Dicen que el nuevo muro tuvo un beneficio: las balizas permiten que las luces brillantes de la Patrulla Fronteriza se filtren y den algo de visibilidad durante la noche.

 








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