Chelsea Manning, que filtró miles de documentos secretos al grupo WikiLeaks, fue detenida este viernes por orden de un juez por negarse a testificar ante un gran jurado de un tribunal de Virginia, Estados Unidos, según informó su entorno.
«La condeno a usted por obstruir el buen funcionamiento de la justicia», dijo el juez federal Claude Hilton, quien ordenó la detención de la mujer de 31 años después de haberla convocado ante un tribunal de Alexandria, en los suburbios de Washington.
La exanalista de Inteligencia del Ejército de Estados Unidos fue retenida por negarse a responder a preguntas de este gran jurado, encargado de llevar a cabo una investigación sobre el australiano Julian Assange, famoso por haber publicado cientos de miles de documentos confidenciales del Departamento de Estado y del Pentágono a través de WikiLeaks.
La justicia le ha ofrecido inmunidad como parte de estas investigaciones sensibles sobre la cuestionada organización fundada por Assange, quien se jacta de haber dado una plataforma de audiencia mundial para los «lanzadores de alertas» sobre información clasificada que involucra a los gobiernos.
Manning permanecerá encerrada hasta que no reconsidere su postura o hasta que se disuelva este gran jurado, advirtió Hilton, citado por Sparrow Project, una agencia de prensa y comunicación cercana a Manning.
En un comunicado emitido el viernes, Manning aseguró que tiene objeciones «éticas» contra el sistema del gran jurado y que ya había contestado a todas las preguntas sobre su participación con WikiLeaks años atrás.
«Me atengo a mi testimonio anterior», añadió.
«No participaré en un proceso secreto al que moralmente me opongo, particularmente uno que ha sido históricamente usado para atrapar y perseguir activistas por un discurso político protegido», destacó Manning.
Por su parte WikiLeaks reaccionó el viernes diciendo que la nueva detención de Manning tenía como objetivo «obligarla a declarar contra Julian Assange».
«Los informantes ahora están obligados a declarar contra los periodistas. Un nuevo ángulo de ataque contra la libertad de prensa», comentó la organización.
Detenida «sine die»
La exanalista, convertida en un icono de los transgénero, publicó el jueves un comunicado en el que adelantó su eventual vuelta a prisión por desacato.
«Un juez evaluará los fundamentos legales de mi rechazo a contestar preguntas frente a un gran jurado. El tribunal podría concluir que soy responsable de obstaculizar la buena marcha de la justicia y condenarme a prisión», indicó Manning, de 31 años.
Nativa de Oklahoma, Manning afirma estar contemplada por un derecho constitucional de no ser interrogada por este gran jurado, al que también denuncia por la opacidad de los alegatos.
En 2010, el soldado Manning, entonces de nombre de pila Bradley, filtró a WikiLeaks más de 700.000 documentos confidenciales sobre las guerras de Afganistán e Irak. Entre ellos figuraban más de 250.000 cables diplomáticos que dejaron a Estados Unidos en una situación embarazosa.
¿Héroe o villana?
La exanalista de Inteligencia purgó siete de los 35 años a los que fue condenada por esta filtración, gracias a una conmutación de pena concedida por el expresidente de Estados Unidos Barack Obama.
Desde entonces prácticamente se convirtió en un símbolo de la lucha contra los secretos de los gobiernos.
Para muchos estadounidenses, Manning es una heroína de las libertades que ha pagado con creces las útiles revelaciones sobre la muerte de civiles bajo los bombardeos estadounidenses en Irak y Afganistán.
Sin embargo, para muchos otros, la exmilitar es una traidora culpable de colusión con el enemigo. El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la calificó como una «traidora».
Mientras estaba detenida en la penitenciaría militar de Fort Leavenworth, una instalación perdida en el corazón de Estados Unidos en el estado de Kansas, fue apoyada por Michael Stipe, activista y cantante del grupo R.E.M., así como por la famosa estilista de moda británica Vivienne Westwood.
Resultado: totalmente desconocida hasta el momento de su arresto, ahora es famosa en todos los continentes.
Assange, de 47 años, está asilado desde agosto de 2012 en la embajada de Ecuador en Londres para evitar su detención y extradición a Suecia, que lo reclamaba para enfrentar acusaciones por supuestos delitos sexuales.
Pero además, el australiano sostiene que Estados Unidos quiere su extradición para juzgarlo por las actividades de divulgación de archivos en WikiLeaks.
Con información de La Hora