La Miss Ecuador 2019, Cristina Hidalgo Berry, dejó atrás el sinsabor que le produjo el error, al dirigirse al país con un “¡Buenos días Ecuador!”, la noche que fue elegida como reina.
A un día de su proclamación, Cristina lució relajada y radiante. Recibió a los medios en el ‘lobby’ de un hotel, en el norte de Guayaquil. En compañía de sus familiares, asimila el momento y rememora las emociones que sintió sobre el escenario, cuando se impuso ante 20 candidatas.
Está consciente de que los nervios se apoderaron de ella, pero cree que una pregunta o un error del momento no define el trabajo y empeño que le puso al concurso desde el primer día. “En la entrevista con el jurado y en toda la noche sentí que me fue bien.
Pero, durante las preguntas me puse demasiado nerviosa. El ambiente se me tornó tenso. Admito que tras la falla sentí que toda mi aspiración se quedaba atrás. Pero, pesó más el trabajo que vine realizando”, dijo la estudiante de Relaciones Públicas.
Armada ante toda crítica, confesó que la vida le dio una oportunidad. A diferencia de las que sueñan desde pequeñas con una corona, ella no tenía entre sus planes ser una reina.
A sus 22 años ha experimentado varios cambios, que los considera como un aprendizaje, como por ejemplo, cuando tuvo que dejar su carrera de tenista por el modelaje. “Ese proceso fue muy duro, pero al final bastante satisfactorio.
La disciplina del tenis me hizo ver las cosas diferentes. En el momento que fui llamada para participar en el Miss Ecuador conversé con la directora, sobre los proyectos que han hecho las candidatas y me sentí muy conectada. Quise tener oportunidad de devolverle a mi país todo lo que me ha dado”.
Su trabajo estará dirigido a las mujeres. Labora con una fundación que impulsa el empoderamiento femenino. “A través de esta fundación combatimos la desigualdad, el abuso, la violencia. Me satisface que las mujeres salgan adelante y tengan independencia”.
Cristina Hidalgo es la menor de tres hermanos. Es guayaquileña de cepa, pero tiene ascendencia inglesa. De su madre, Cristina Berry, heredó sus ojos verdes y piel clara.
Ella fue el motor que la impulsó a buscar la corona. Su progenitora, por su parte, dijo que su hija es muy hogareña. “Es muy apegada a la familia y a sus amigos cercanos. Disfruta mucho las actividades en casa”.
Por la agenda que cumple como reina, no ha tenido tiempo de celebrar. Su familia tenía previsto ayer preparar una parrillada (su comida favorita) para festejar el título.
