Grupos de indígenas de al menos seis provincias del país, especialmente de la Sierra ecuatoriana, mantenían bloqueos de algunas carreteras y prolongaban el paro que comenzaron los transportistas el pasado jueves, en protesta por las medidas económicas dictadas por el presidente Lenín Moreno, sobre todo el retiro del subsidio a las gasolinas y al diésel.
La situación se complicó este sábado con la confirmación, por parte de la Policía, de la retención de 47 militares en la comunidad Nizag, del cantón Alausí, en Chimborazo. Ellos trataban de dispersar a indígenas que mantenían un cierre vial.
Imbabura era la más afectada por las protestas hasta la tarde de este sábado. Esta se encontraba completamente paralizada.
Manuel Catucuango, presidente de la Federación de los pueblos kichwa de la Sierra norte, explicó por vía telefónica que la mañana de ayer mantuvieron una reunión de tres horas con todos los dirigentes indígenas de Imbabura y decidieron radicalizar el paro.
“Nos vamos a tomar todas las vías conjuntamente con los transportistas de la provincia, hasta que el Gobierno deponga las medidas sobre el alza de combustibles”, señaló.
Por la tarde se reportó que un dirigente de la parroquia Esperanza de Ibarra fue alcanzado por una bomba lacrimógena y fue llevado a Quito.
En volquetas y caminando en grupos, los indígenas de comunidades de Otavalo, Cotacachi y Antonio Ante acudieron a todas las arterias viales de la provincia para bloquearlas.
Con piedras, palos, volquetadas de tierra, quema de llantas y hasta árboles obstruyeron las vías. En Cotacachi, los dirigentes de la Unión de Organizaciones Campesinas Indígenas también plegaron.
La paralización del norte del país es indefinida. Los pueblos indígenas de Cayambe, norte de Pichincha, han radicalizado sus medidas de protesta y a través de redes sociales aseguran que policías y militares han disparado bolas de goma, perdigones, gases y hasta balas de diferente calibre con la finalidad de habilitar las vías.