La educación pública en casa a través de medios electrónicos, de nada le sirve a muchos niños pobres de zonas rurales de Honduras, que están en peligro de perder su año escolar, porque donde viven algunos carecen de la tecnología mínima y en otros casos en su comunidad no hay energía eléctrica.
En zonas rurales, algunas cercanas a la capital Tegucigalpa, chicos de sexto grado no terminan de entender cómo hacer las tareas y seguir las indicaciones de sus maestros.
En otra comunidad, El Zuntule, dos maestras atienden los seis grados de primaria, tres cada una. Sobeyda Ludivel Ríos, con trece en la docencia, quien además es la directora de la escuela, imparte clases de manera simultánea en una misma aula, a los niños de tercero, cuarto y sexto.
Estas dos maestras celebraron una reunión con las madres de los alumnos, de las que algunas afirmaron que os niños no están aprendiendo suficiente y preferirían que repitan el grado.
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Tres de las madres entrevistadas dijeron que si se les ascendiera al siguiente año escolar llegarían «sin saber nada» o «muy poco».
Heidy Lanza, madre de dos niñas, de seis y nueve años, que cursan el primero y quinto grado explica que sus hijas reciben las tareas en un teléfono móvil, en el que descargan lo que envían las maestras, pero solo pueden acceder al aparato un día de por medio, porque es de su padre, quien trabaja bajo esa modalidad como guardia de seguridad privada, en Tegucigalpa.
La directora de la Escuela Salvador Corleto dijo que hay muchos casos de padres que «no tienen teléfonos inteligentes», y que su bajo nivel de educación les impide a sus hijos en casa.
En muchos hogares de la aldea los alumnos no pueden ver los vídeos que difunde la Secretaría de Educación, porque no tienen señal y en otros casos es mala.
Otros no comprenden los mensajes educativos que difunde un canal de televisión, y en el peor de los casos, no disponen de un televisor en casa.
La docente deploró que la Secretaría de Educación y el Gobierno «digan que todos los niños están aprendiendo a través de la estrategia que están dando», porque «no es así».
Agregó que si el Gobierno Ecuatoriano decidiera que los niños que estudian en el sector público sean ascendidos al grado siguiente, «sería mentira, engañar al padre de familia, engañar al niño, decirle que va al siguiente grado, sin tener las competencias del grado anterior», y que «el sistema educativo» nacional «es muy deficiente».