La muerte de un ser querido no es el único conflicto que deben atravesar varias familias en Tungurahua. A ese dolor se suma la deuda que dejó la enfermedad (Covid-19).
Muchos tuvieron que pedir prestado a amigos, entidades financieras, al ‘chulco’ o firmar letras en blanco para solventar los gastos que en varios casos ascienden a los 70 mil dólares.
La identidad de las personas que darán sus testimonios en esta nota se mantendrá en reserva, porque así lo decidieron.
El padre de José estuvo internado en cuidados intensivos de una clínica de Ambato durante 19 días. Debido a que en el Hospital Regional Docente Ambato y en el Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) no hay camas tuvieron que acudir a la salud privada.