El fraccionamiento y la dispersión electoral son las características del escenario político que empieza a configurarse, seis meses antes de que los ecuatorianos acudamos a las urnas.
Las proyecciones que maneja la Dirección de Promoción del Consejo Nacional Electoral (CNE), estiman la presencia de 23 organizaciones políticas para los comicios que se realizarán el 7 de febrero de 2021, versus las 16 que se presentaron en el proceso que se llevó a cabo en 2017.
De acuerdo con esa misma dependencia, el Fondo de Promoción Electoral para estas elecciones bordearía los 42,8 millones de dólares, frente a las generales de 2017, cuando se destinaron 26,9 millones.
Para este aumento del 59% se tomó en cuenta el incremento de la población electoral que, para 2017 bordeó las 12’816.698, mientras que para 2021, el número de votantes proyectado por la Dirección de Registro Electoral será de 13’128.829, lo que representa un incremento de 2.4%.
Asimismo, en la reforma del artículo 209 del Código de la Democracia aprobada en diciembre de 2019, se incrementaron los valores del límite máximo del gasto electoral por dignidad, los cuales se calculan también por el número de movimientos y candidatos. Es decir, a más participantes, mayor el ‘fondo’ de promoción para sus candidaturas. Todo, pagado con dinero de los ecuatorianos.
El consejero del CNE Luis Verdesoto explicó que estos montos se distribuyen en función del número de organizaciones. Es decir, dijo, mientras más movimientos políticos hay, menos les corresponde a cada uno.
Agregó que la asignación de estos montos lo promueve la misma Constitución, para eliminar la posibilidad de que donantes privados o los mismos candidatos paguen franjas publicitarias; y que todo se relaciona con las asignaciones previstas dentro del presupuesto general del Estado y que no depende del número de precandidatos que aparezcan en la órbita política.